Heinrich Müller, el jefe de la temible policía secreta de los nazis (Gestapo) y uno de los principales responsables del Holocausto, está enterrado en un cementerio judío de Berlín, aseguró hoy el diario Bild.

Müller murió antes de que terminara la Segunda Guerra en 1945, explicó al diario el director del Sitio Conmemorativo de la Resistencia Alemana, Johannes Tuchel.

Su cuerpo fue enterrado en el cementerio judío del barrio de Mitte (centro de Berlín) en una fosa común, explicó basándose en documentos encontrados en diversos archivos.

El destino de Müller fue un misterio desde el fin de la guerra. Los servicios secretos aliados creyeron durante mucho tiempo que había superado con vida la contienda y la Inteligencia alemana consideró que desde 1949 vivía en República Checa.

Estaban completamente equivocados, señaló ahora Tuchel. El cadáver de Müller fue hallado en agosto de 1945 en una tumba provisional cerca del entonces Ministerio del Aire.

Según el experto, hay documentos históricos que prueban que el criminal nazi fue identificado entonces de forma inequívoca. Tenía uniforme de general y en el bolsillo interno izquierdo su carnet de servicio con una foto.

De allí fue trasladado a una de las tres fosas comunes en el cementerio judío. Un documento administrativo emitido en 1945 por el barrio de Mitte, donde se encuentra el cementerio, y publicado ahora por Bild constata ese lugar de entierro para el criminal nazi.

La comunidad judía reaccionó con enfado a la noticia. Que uno de los sádicos nazis más brutales esté enterrado precisamente en un cementerio judío me parece una monstruosidad de mal gusto, señaló a al diario el jefe del Consejo Central de los Judíos Alemanes, Dieter Graumann. Esto pisotea el recuerdo de las víctimas.