El peaje de la Vía Evitamiento ha marcado la diferencia al convertirse en el primero a nivel nacional en funcionar de manera electrónica y automática. Sin embargo, el uso de una tarjeta prepago instalada en el parabrisas del vehículo y los sensores que la detectan para realizar el cobro corresponden a una tecnología que pudo haberse aprovechado desde hace años.

“En Chile, Ecuador, Argentina, por ejemplo, hace mucho que se ha implementado este sistema de cobro de peajes que permite una mayor fluidez que los cobros manuales”, dijo a El Comercio Luis Quispe Candia, director de la ONG Luz Ámbar.

El sistema consta de sensores ubicados a la altura del peaje, los cuales detectan la tarjeta del parabrisas y proceden a descontar de forma automática la cantidad a pagar sin necesidad de que el carro se detenga cada vez que transite por el lugar.

“Evidentemente, su instalación tiene un costo, pero no implica mucho gasto. Es cuestión de instalar el sensor y el software”, señaló Quispe Candia. Detalló que el costo vale la pena al significar un mejor servicio, al recortar tiempos de viaje, facilitar la identificación de los vehículos y detectar la velocidad de los mismos.

GRACIAS A LA INVERSIÓN PRIVADA La implementación de este peaje electrónico se logró gracias a la inversión que hizo el consorcio Vía Parque Rímac. “El Estado debe cautelar que las empresas cumplan con sus contratos firmados y este ejemplo es un buen paso que da la industria privada”, comentó.

En opinión de Luis Quispe Candia, Emape “cayó en una desidia” al no considerar la implementación de un sistema de peaje electrónico efectivo.

“Este importante paso no solo debe darlo Vía Parque Rímac. Otras empresas con concesiones en carreteras deberían implementarlo también”, concluyó.