Los turistas ladrones que vuelan desde Sudamérica para robar lujosas casas en Los Ángeles

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El ‘turismo por robo’, bautizado así por las autoridades, es una modalidad de hurto que golpea a la ciudad californiana desde hace cinco años, pero que ha recrudecido en los últimos meses. Extranjeros sudamericanos se llevan joyas, artículos de lujo y dinero de mansiones en condados como Orange, Ventura, Santa Bárbara y San Diego.

Hace dos semanas, se reportó la búsqueda con helicópteros y drones del integrante de una red internacional que había desvalijado casas en la acaudalada zona de Pacific Palisades. El sujeto fue arrestado en Arizona, escondido bajo un árbol. Era un chileno de 17 años. Él y sus tres cómplices de la misma nacionalidad son sospechosos de robos en casas en todo East Hollywood. Llegaron a Estados Unidos meses atrás con visa de turista.

Según la policía de Los Ángeles, los ladrones extranjeros están detrás de cientos de robos. Por ello, ha anunciado la creación de un grupo de trabajo exclusivo para frenar esta ola. “Tenemos un aumento significativo en los robos por grupos organizados que están ingresando al país y cuyo objetivo son residentes de alto nivel”, dijo el jefe policial angelino, Dominic Choi.

Las autoridades han detallado que los miembros más comunes de estos grupos criminales son chilenos beneficiados de un programa de exención de visado, pero también hay peruanos, ecuatorianos y colombianos entre los implicados.

Una de las principales características de esta modalidad de robo es que los ladrones suelen no usar armas para evitar cargos vinculados a su posesión. Sus herramientas son, más bien, sofisticadas.

Llevan dispositivos de interferencia de Wi Fi para desactivar las cámaras de vigilancia y los sistemas de seguridad. Las casas que roban a menudo están conectadas a espacios abiertos, colinas, rutas de senderismo u otros caminos que les permiten un fácil acceso. En muchos casos son lugares donde famosos como Ben Affleck, Tom Hanks, Bradley Cooper y Anthony Hopkins tienen o han tenido sus hogares.

“No les preocupan las alarmas de la casa, llegan a mansiones que están en colinas y hacen una inspección rápida. Sacan joyas y objetos que pueden cambiar en el mercado negro, con identificaciones falsas abren cuentas de banco en EE.UU. y transfieren el dinero a su país de origen. Así operan”, dice a El Comercio Octavio Pescador, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles y comentarista de CNN.

El problema ha puesto en debate los alcances de los permisos de ingreso al país. El diario “Los Angeles Times” explica que los ciudadanos chilenos que utilizan un programa de visas llamado Sistema Electrónico de Autorización de Viaje, o ESTA, pueden ingresar a Estados Unidos por períodos de 90 días un número ilimitado de veces sin necesidad de una visa y sin necesidad de que se verifiquen sus antecedentes.

“Los requisitos de visa varían entre países, pero los viajeros de otras naciones sudamericanas generalmente requieren visas con restricciones más estrictas antes de entrar a EE.UU.”, señala el medio.

En el condado de Orange, el abogado del distrito Todd Spitzer ha exigido nuevas leyes para impedir que los delincuentes entren como turistas y ha demandado al gobierno federal por no revelar sus negociaciones con Chile sobre los requisitos de visa para viajeros.

Para Pescador una de las consecuencias más preocupantes de estos robos es que pueden convertirse en un argumento político ahora que la migración está en el centro de la elección presidencial.

“Todo esto puede traducirse en una iniciativa legislativa o en una promesa de campaña para acabar con este tipo de visados para ciertos países. Ahora hay una campaña sistemática para que todo lo que sea migración o inmigrante sea visto como no deseado y un perjuicio para la sociedad, como defiende Donald Trump. Y ha sido tan eficaz que Joe Biden y los demócratas han tirado hacia el centro en este tema, es decir, los aliados de los migrantes han endurecido su postura”, señala.