El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir (I), en el patio del complejo de la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén, conocido por judíos como Monte del Templo, el 21 de mayo de 2023. (Foto de Minhelet Har-Habait / AFP)
El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir (I), en el patio del complejo de la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén, conocido por judíos como Monte del Templo, el 21 de mayo de 2023. (Foto de Minhelet Har-Habait / AFP)
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Agencia EFE

El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista , visitó hoy la de , en un gesto considerado provocador por parte del liderazgo , que ya había reaccionado con vehemencia cuando el ministro visitó el sitio en enero.

Estoy feliz de subir al Monte del Templo, el lugar más importante para el pueblo de Israel”, dijo Ben Gvir durante la visita, utilizando el término que emplean los judíos para referirse al lugar.

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Todas las amenazas de Hamás no cambiarán nada, somos los amos de Jerusalén y de toda la Tierra de Israel”, agregó el ministro, que se refirió también al actual debate en el país sobre el presupuesto y exigió más inversión en la región del Néguev y en la Galilea.

El ministro acudió al sitio acompañado por una comitiva que incluyó al jefe de la Policía israelí y algunas figuras religiosas.

La Explanada de las Mezquitas es sagrada tanto para musulmanes -alberga la importante mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca- como para judíos, que lo llaman Monte del Templo porque creen que allí se levantó el Segundo Templo.

La visita de Ben Gvir al sitio tiene lugar días después de la polémica Marcha de las Banderas, en la que miles de jóvenes ultranacionalistas israelíes atravesaron el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, generando tensión con sus residentes palestinos.

Durante el fin de semana se registraron otros episodios de violencia en la ciudad, incluyendo enfrentamientos el viernes entre grupos de palestinos y jóvenes judíos, que se saldaron con al menos tres heridos y ocho detenidos.

Tal como sucedió con la anterior visita de Ben Gvir a la Explanada, el liderazgo palestino -tanto en Gaza como en Cisjordania ocupada- expresó su rechazo y advirtió que podría haber consecuencias.

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Nuestro pueblo no se rendirá ante esta agresión y no abandonará a al Al Aqsa”, advirtió en un comunicado el movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en la Franja de Gaza.

Además, denunció que el gesto del ministro representa “una agresión” y la “confirmación del peligro que se cierne sobre Al Aqsa bajo este gobierno sionista fascista”, en alusión al actual Ejecutivo israelí, el más derechista de la historia del país.

Por su parte, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en partes de Cisjordania ocupada, describió la visita de Ben Gvir como un “ataque flagrante que tendrá graves consecuencias”.

Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la ANP, Mahmud Abás, exigió una “acción inmediata” de la comunidad internacional, en particular de la Administración estadounidense, para preservar el statu quo en Jerusalén.

Según ese statu quo vigente desde 1967 -cuando Israel ocupó la parte este de Jerusalén donde se ubica la Explanada- el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo reservado solo a algunos rabinos.

Por eso, el rezo judío se practica en el Muro de los Lamentos -ubicado en uno de los laterales de la Explanada-, y así lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años, algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso han cambiado esa recomendación y abogan por el rezo donde se levantó el Segundo Templo.

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Para los palestinos e incluso para Jordania -país que custodia el lugar desde 1967-, ese cambio es más político que religioso, un intento de judaización e israelización de todo Jerusalén.

De hecho, las visitas al recinto de los judíos, muchos de ellos colonos como Ben Gvir que rezan a escondidas, han ido en aumento hasta alcanzar en 2022 la cifra récord de 48.238, que entran en los horarios en que el lugar sagrado es abierto a turistas, según el Waqf, la fundación jordana encargada de custodiarlo.

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