Angie Higuchi

En los últimos tres años, se ha experimentado una terrible cosecha para el olivo en el sur de Europa. España, el mayor productor de del mundo con un 80% de su producción destinado a la exportación, presentó un aumento de en un 62,9% en enero comparado con el 2023. En los supermercados, el aceite de oliva ya tiene alarmas antihurtos, pues ha pasado a costar entre tres o cuatro veces más. Hace cuatro años la botella de aceite de oliva extra virgen costaba en promedio 3 euros el litro. Actualmente, la misma botella vale aproximadamente 9 o 10 euros, y la marca premium está cerca de los 13 euros el litro. Asimismo, el precio del aceite de oliva en Portugal se disparó en un 69% en enero del 2024 en comparación con el año pasado, muy por encima de la media del 50% en la Unión Europea.

¿Quién es el principal causante de esta subida de precios? El cambio climático. Ha sido una primavera muy fría y húmeda, lo que generó un desafío para la polinización de la flor. Luego vinieron temperaturas cálidas sin precedentes y, con ellas, una sequía que provocó la caída de gran parte del fruto. Posteriormente, a pesar de las aguas torrenciales, gracias a las lluvias el suelo estaba tan seco como el concreto y el agua no pudo ser absorbida ni por el suelo ni por los árboles. A esto hay que sumar que los costos de producción en cuanto a insumos –como por ejemplo los fertilizantes, la energía y las medidas preventivas y correctivas fitosanitarias– y la falta de relevo generacional en cuanto a los agricultores han contribuido a la subida del precio final.

La sequía continúa en España y el precio del “oro líquido” mantiene una tendencia al alza. Nuestra aceituna no es la excepción. Según el productor e investigador Gianfranco Vargas, la producción de aceite de oliva en el sur del enfrenta una caída de hasta el 90% de la producción de aceite de oliva. Esto quiere decir que, según las propias palabras del especialista, si se producía 10.000 kilos de aceitunas en una hectárea, este año solo se producirán 1.000. Esto, debido a la sequía y al Fenómeno de El Niño, que, al subir las temperaturas, han provocado que las plantas no tengan las horas de frío nocturnas necesarias. Entre tanto, dados los altos precios que se están pagando España por el aceite de oliva, esto puede resultar muy atractivo para el productor peruano por la posibilidad de que su producción se vaya a Europa, según el especialista.

En conclusión, dada la escasez doméstica de olivo, el precio seguirá al alza. Se debe incentivar la investigación agrícola, mediante la que se pueda definir cómo mantener la temperatura cálida en el día y fría en la noche. Asimismo, una apuesta por una tecnificación en el riego mejoraría nuestra eficiencia productiva, ya que puede ayudar a mejorar la eficiencia productiva del olivo. Ante un decrecimiento de la capacidad adquisitiva del peruano, el encarecimiento de la canasta básica y desempleo, el panorama se ve complicado para el consumidor peruano que tendrá que ver en el aceite vegetal un sustituto al aceite de oliva.

Angie Higuchi es Profesora e investigadora de la Universidad del Pacífico