Cerca de 2.000 mineros operan en Reserva Nacional de Tambopata
Cerca de 2.000 mineros operan en Reserva Nacional de Tambopata

En los últimos meses del 2015 se había advertido de la presencia de mineros ilegales cerca de la . Luego se confirmó la invasión de su zona de amortiguamiento y, mediante fotos satelitales, se supo que la incursión en el área protegida era inminente. En noviembre de ese año, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) detectó la presencia aislada de mineros en el río Malinowski, que es donde comienza la reserva. Se temía que, expulsados de otras zonas por las operaciones de interdicción, invadieran masivamente ese paraíso ecológico. 

Días atrás, El Comercio recorrió a pie y por río la zona y comprobó que el pronóstico se cumplió: al menos 150 motores son utilizados para extraer oro y cerca de dos mil personas se han instalado en el lugar, según cálculos de representantes del Sernanp. En una zona donde está prohibida cualquier actividad que atente contra el frágil ecosistema, es posible ver barriles de combustible, balsas, ‘chupaderas’ y otros equipos que trabajan en horario continuo. 

Daños colaterales

“Son los mineros ilegales de La Pampa los que están ingresando al área prohibida”, dijo el jefe de la Reserva Nacional de Tambopata, Vicente Macedo, quien recorrió el lugar junto con sus guardaparques; ellos han encontrado restos de cartuchos de escopetas, lo que significa que los invasores cazan animales.

Peor aun, durante el recorrido se comprobó que han sido instalados campamentos similares a los de las zonas ya devastadas de Madre de Dios. Hay dos ‘barrios’, Panterita y Fofoca, donde venden insumos para la minería y combustible, y donde ya funcionan bares y prostíbulos; incluso se han armado antenas de cable y telefonía satelital.  

Según trabajadores del Sernanp, hasta hace poco tiempo los escasos mineros que estaban en el río eran desalojados y ellos no oponían resistencia. “Pero los que ahora han ingresado son los mineros de La Pampa. Cuando nos ven, saludan y nos muestran sus armas, pistolas, retrocargas y hasta fusiles”, asegura un guardaparque del puesto de control Azul.

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