Para la esposa del ex presidente Alejandro Toledo, Eliane Karp, la denominada Jornada de Movilización Nacional que se realizará el 5 de noviembre y que es impulsada por el Gobierno para exigir a la Universidad de Yale la devolución de las piezas arqueológicas de Machu Picchu, es positiva, pero también tardía y demagógica.

“Esta bien que todo el mundo sepa lo que está pasando y que esté consciente del problema, [pero] me parece que es una reacción tardía () por qué no se hizo esto en el 2006, retomando una serie de trabajos que ya se habían hecho cinco años antes. Yale no ha cambiado de posición, no reacciona frente a nuestros pedidos y queda muy poco tiempo para que este Gobierno consiga una victoria”, manifestó en entrevista a Ideeleradio.

Opinó que más efectivo sería pedir la ayuda de otros países que han logrado resultados muy positivos como Grecia e Italia. Asimismo, buscar el apoyo de la Sociedad National Geographic, porque su posición es a favor de que las piezas retornen al Perú.

GARRIDO LECCA Karp también criticó que las autoridades peruanas no le pidan una explicación al ex ministro Hernán Garrido Lecca, quien es cuestionado por aceptar, a través de la firma de un documento, que Yale utilice los tesoros peruanos por 99 años más y decida unilateralmente cuáles devolver al Perú.

“Hubo una negociación casi secreta del entonces ministro de Vivienda, que se acercó a la Universidad de Yale () elaboraron este memorándum, que es un texto elaborado por Yale y no por nosotros [el Perú]. Hay una total entrega del Perú a los deseos de la Universidad de Yale. […] Era una total entrega de nuestras piezas por 90 años más”, aseveró.

Consideró que Garrido Lecca debe dar explicaciones, aunque opinó que ya no hay explicación que dar, pues un hecho concreto es que su firma figura en el referido documento.

“Por qué se manda a una persona que no es profesional, que es obviamente el enviado personal del presidente, porque es imposible hacer un trámite de esta naturaleza sin representar los intereses nacionales”, remarcó.

Dicho memorándum es utilizado por Yale como un argumento a su favor, pese que nunca fue ratificado por el Congreso. Por esa razón el Gobienro no lo considera un documento válido.