ÓSCAR BERMEO OCAÑA

Seamos francos. “El Perú ja ja” es un fenómeno en nuestras salas. Cada nueva versión viene acompañada de largas filas y récords de asistencia. La actual temporada no es la excepción. La hilarante producción alargó su presencia en cartelera hasta el 26 de agosto. Pero Pablo Saldarriaga es cauto. Agradece la respuesta del público mas no la magnifica. “Tenemos el respaldo de la gente, lo cual no quiere decir que sea una buena obra”, dice. En tiempos donde algunos cuestionan la rigurosidad histórica de la trama, el irreverente actor no se esconde y opina.

No es usual que se extiendan temporadas en nuestro circuito teatral… Me parece que responde a un crecimiento en distintas áreas. Hay cada vez más empresas interesadas en fomentar un circuito cultural. El reciente éxito de algunas obras no es exclusivo del teatro, hay varios aspectos que juegan a favor.

¿Dónde está la clave del éxito de “El Perú ja ja”? Creo que se volvió una cosa típica de medio año, casi como el desfile militar. Es simpático ver “El Perú ja ja” cada 28 de julio. Los peruanos somos burlones y nos gusta reírnos de nosotros mismos. Consumimos más comedia que drama. También recogimos la onda “vintage” que está de moda. “El Perú ja ja” es muy inclusivo, abarca desde Wendy Sulca hasta Queen; y teatralmente desde Shakespeare hasta Álex Otiniano. No excluye a nadie, ni generacional ni social ni económicamente.

Hay varios matices políticos… Como lo hacen todos los días “Los chistosos”, quienes vendrían a ser los bufones del país. Tienen licencia para decir cosas terribles a manera de chiste y nadie los veta. El éxito es porque la sátira es el lenguaje que usa la gente para rechazar algo.

¿El público da licencias especiales a los humoristas? Sí, creo que los comediantes y actores tenemos licencias.

Tras las declaraciones de Rocío Tovar, la directora de “El Perú ja ja”, a un diario, se cuestionaron ciertos errores históricos. ¿Cómo ves el tema? No es que la obra tenga mala información de datos históricos, sino que Rocío dio datos equivocados. Entonces, se criticó la entrevista, mas no la obra. Respaldo a Rocío, aun si se equivoca o no. La obra es otra cosa. No hay que confundir ni colgarse del éxito ajeno.

¿No se cuestiona la imagen que presentan de nuestros héroes? ¿Los peruanos quieren unos actores de comedia transgresora que sean unos respetuosos? Pff, qué aburrido. Andá. No me parece eso. Se ha trasgredido, sí claro, imagínate, ¿qué es el Perú? Pisotazos y pisotazos. Nuestro rol es hacer humor y el humor a veces jode. Nuestra onda es hacer joda con rigor histórico. Las fechas equivocadas fueron en la entrevista, pero si vas a ver la obra en ningún momento se mencionan fechas o la postura de Rocío. Ves una escena teatral. Si se hubiese criticado la escena teatral, sería otra cosa.

Entonces, ¿los héroes no son desprestigiados en la obra? Cuando Bugs Bunny hace de George Washington y baila, ¿se está desprestigiando a Washing-
ton? Es una imagen pop. Como hacemos mofa de algunas 
cosas, hacemos homenajes.

Pasando a un plano personal, ¿qué significó Torbellino en tu carrera? Me acercó a todo el país. Nos veían en Colombia, Chile, Ecuador. No me arrepiento de haber participado. Claro que no me gustaba la música, pero lo que me dio fue invalorable. Fue un trampolín.

¿Participarías en un show de reencuentro? No, ya me lo pidieron y me negué. No hay necesidad. Sería colgarnos a esta onda de hacer “remakes” y ganar dinero, escurrir un tema. No me provoca hacerlo porque no estoy interesado en esa forma de trabajo.