Probablemente, no haya persona en el mundo que no sepa que, el día más romántico del año se celebra cada 14 de febrero. San Valentín es una fecha en donde aflora el amor, el cual es prácticamente palpable, ya que lo sentimos en cada rincón por el que transitamos. Sin embargo, este día está tan abocado a únicamente celebrar el amor de pareja y también la amistad, por lo que lamentablemente, se deja de lado un vínculo aún más importante que no se debería comprar con ningún otro, como es el caso del amor propio.
Sin lugar a dudas, esta fecha puede ser una ocasión complicada, en especial, para las personas que están solteras o que están atravesando por una situación difícil. No obstante, creo que con el tiempo podremos darnos cuenta que no necesitamos de una pareja o interés romántico que nos complemente y que nos permita disfrutar de cada día, y San Valentín, no debería ser la excepción. En definitiva, nuestra máxima prioridad debemos ser nosotros mismos. Igualmente, es importante recordar que, si uno desea tener una relación con otras personas, primero es fundamental establecer una conexión saludable con nosotros.
¿Qué es el amor propio?
Es el conjunto de emociones y predisposiciones cognitivas asociadas a la autoevaluación que un individuo hace de sí mismo, es decir, las valoraciones que realizamos sobre nosotros, incluyendo también la carga emocional de las apreciaciones sobre el autoconcepto, el cual ayuda a determinar nuestra autoestima.
En efecto, el amor propio es una oportunidad que nos invita a desarrollar nuestro autoconocimiento, a tal punto que, automáticamente nos convertimos en la persona más consciente sobre nuestro propio ser, ya que no hay nadie más que pueda llegar a conocernos de forma tan profunda.
¿Cómo puedo cultivar el amor propio?
Cabe señalar que, este es un trabajo que requiere de constancia y de que nosotros nos demos la oportunidad de amarnos. No obstante, podemos empezar con pequeñas acciones, pero que definitivamente, tienen un impacto importante en nuestro camino hacia el amor propio.
- Háblate bonito: es importante saber que todo lo que nos decimos o pensamos se queda en nuestra mente. Las palabras de amor no únicamente deben estar destinadas a los demás, sino también a uno mismo. Puedes pararte frente a un espejo, sonreír y decir algo positivo, empezar a expresar todo lo que te gusta y admiras de ti. Esto ayudará a fortalecer nuestra autoestima y mejorará nuestro estado de ánimo.
- Medita: para algunos puede ser imposible concentrarse; sin embargo, si te propones practicarlo al menos por unos minutos al día, verás como ese momento de paz, en donde tu mente está tan relajada, que nos permitirá enforcarnos en nuestro ser y en nuestra respiración. Estoy segura que si empiezas cuanto antes, tu perspectiva con respecto a muchas cosas empezará a cambiar.
- Reconoce tu valor: cada persona es única e inigualable, todos tenemos algo positivo que aportar a este mundo. Por ello, es muy importante destacar aquello que nos hace especiales y nunca permitir que nadie nos haga sentir inferiores.
- Haz journaling: esta es una manera excelente de poder escribir y expresar con frecuencia nuestros pensamientos, sentimientos e ideas. Además, nos permite ser más conscientes sobre nosotros mismos, así como de despejar la mente, permitiéndonos analizar, pasar página y empezar un nuevo día, el cual estoy segura que será mejor.
- Establece tus límites: la muestra más grande de amor propio es tener límites. Si bien es cierto, no podemos controlar a los demás, pero si sentimos que una situación nos hace daño, nuestro deber es ponerle un alto y tratar de salir de eso que nos genera incomodidad cuanto antes.
- Autocuidado: el conocernos nos permite saber qué cosas son las que verdaderamente nos gustan y apasionan. Por ello, una muestra de amor propio es dedicar el tiempo necesario para todo aquello que nos haga felices y que sea beneficioso para nuestro cuerpo y mente.
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