Descubrir nuestro potencial es una necesidad humana fundamental, especialmente en un mundo lleno de cambios constantes y desafíos. En este contexto, personas como el Dr. Mario Alonso Puig se convierten en faros de sabiduría y guía. Luego de 25 años como cirujano general y digestivo en Estados Unidos y España, desde el 2002, Mario Alonso Puig ha dedicado su carrera a investigar y enseñar cómo las personas pueden desplegar su potencial humano, enfocándose particularmente en momentos de desafío, incertidumbre y cambio.
En su próxima visita a Lima, el Dr. Puig ofrecerá la conferencia “Eres mucho más grande de lo que crees”, el 15 de mayo. En ese contexto, conversamos con el reconocido conferencista sobre los obstáculos para alcanzar nuestra mejor versión.
–¿Por qué es tan importante que las personas sean conscientes de su máximo potencial?
Es importante porque va a afectar a cómo se relacionan con todo lo que les pasa. Si yo me siento pequeñito, si yo me siento incompetente, no me voy a atrever en la vida, no voy a pensar en grande, no voy a abrazar determinados riesgos. No voy a salir de mi mundo conocido. Voy a crear límites que al fin y al cabo se van a convertir en una cárcel. Sencillamente de lo que se trata es de vivir de acuerdo no a quienes creemos que somos sino de acuerdo a quienes somos en realidad. De ahí viene el título de mi próxima conferencia.
–¿Cuáles son esos obstáculos o límites muy comunes que impiden que las personas alcancen su máximo potencial?
Son dos: el primero es la profunda ignorancia. Si alguien le pregunta a otra persona “¿quién eres?”, contestará: “soy médico, fontanero, restaurador, profesor” u otro, pero eso no es. Tu trabajo, tu profesión, lo que tienes como como actividad diaria, no es quién eres. La pregunta más desafiante es “quién soy yo” y esto tiene una importancia extrema porque dependiendo de cómo la contestes vas a tener una experiencia de la vida u otra. Lo primero que hay que superar es la ignorancia.
Lo segundo que hay que superar es nuestra sensación de separación. Yo hice un programa de un año con Bután, que es el único país en el mundo en cuya constitución, el elemento clave es el favorecer la felicidad de sus habitantes y hablan de tres separaciones: nos hemos separado de nosotros mismos, estamos divididos por que por dentro, una parte quiere una cosa y la otra quiere la contraria. Nos hemos separado de los demás, no vemos a los demás simplemente como distintos, sino que los percibimos como distantes, con lo cual es muy difícil el encuentro. En tercer lugar, nos hemos separado de la naturaleza. No tratamos bien a la naturaleza, no la cuidamos. En estos dos elementos: la ignorancia acerca de quiénes somos en realidad y nuestra separación de nosotros mismos, de los demás y de la naturaleza, está la misma raíz de todo el sufrimiento humano.
–¿Cómo podemos hacer para entrar en mayor contacto con uno mismo? Porque desde la relación personal parte cómo vemos el mundo...
Esta es una gran pregunta y la respuesta que yo encontré es la siguiente: tenemos que sustituir por completo la raíz de nuestra forma de pensar y lo voy a explicar de una manera muy sencilla. Normalmente nosotros no pensamos, nosotros juzgamos. Etiquetamos, acusamos, condenamos y castigamos en nuestro pensamiento. Que las personas que nos leen reflexionen sobre cómo les hace sentir su forma de pensar y se darán cuenta de que muchas veces la forma en que pensamos nos hace sentir por dentro enfadados, tristes, asustados, angustiados, deprimidos.
Observen qué parte de su pensamiento les hace sentirse ilusionados, alegres, confiados, cercanos y qué parte hace lo contrario. Entonces si este sistema de pensamiento no funciona, ¿qué es lo que tenemos que hacer?Tenemos que utilizar otra forma de conocimiento, que lejos de juzgarnos nos lleve a comprendernos. ¿Cómo voy a poder superarme si solo me juzgo, si no me comprendo?
Si yo por ejemplo, tengo miedo y digo “soy un cobarde”. ¿Cómo me va a ayudar declararme cobarde a ser más valiente? Todo lo contrario, me va a hundir más porque va a hacer que me sienta culpable y humillado. Sin embargo, si yo hago una pregunta desde el profundo deseo de conocer a qué le tengo miedo, se va a abrir mi nivel de comprensión. “Tengo miedo a no caer bien, tengo miedo a cometer un error”, así estoy en la senda de poder superarme. Nosotros cerramos nuestra propia evolución, nuestra propia mejora y superación porque tenemos una forma de pensar totalmente volcada en el juicio automático. Lo que debemos hacer es utilizar la maquinaria de pensar, pero no para reforzar juicios y etiquetas, sino para explorar, para comprender, para descubrir.
–Hace un momento mencionó que estamos desligados de los demás. ¿Qué importancia tiene el entorno social y familiar en el proceso de reconocer nuestro valor?
La importancia es extraordinaria. Nosotros tuvimos un filósofo en España llamado José Ortega y Gasset y este filósofo decía: “yo soy yo en mis circunstancias”. Es decir, si yo considero que mis circunstancias son las únicas que cuentan, yo tomo la posición de una víctima. “Ah, es que no tuve los padres adecuados, es que no tuve los hermanos adecuados, es que nadie me valoro, es que, es que, es que...”. Los “es-ques” no llevan nunca a los resultados, pero tampoco puedo decir que el entorno no importa porque no es verdad.
El ser humano es un ser de encuentro, entonces el núcleo familiar tiene enorme importancia en el desarrollo de las personas. Por eso cuidado con atacar a la familia. A la familia siempre hay que protegerla, siempre hay que ayudarla. Para mí, lo más hermoso es cuando tú amplias los límites de tu familia, es decir que empiezas a querer, no solo los miembros de tu familia, sino también a aquellos que aunque no sean desde el punto de vista de lazos sanguíneos, parte tu familia, tú decides que les vas a tratar como parte de tu familia. Hay personas que efectivamente no están rodeados de familiares que les apoyen, crean en ellos, les valoren y que les acompañen en su proceso evolución, pero en lugar de decir “como no tengo la familia adecuada, no puedo ser nadie”, lo que puedes decir es “yo voy a ser para los demás, lo que mi familia no es para mí”.
Así tenemos ejemplos de personas que habiendo tenido entornos familiares muy complicados se han convertido en verdaderas luces para este mundo. Por eso es importante que si el entorno no te está ayudando, no justifiques que tu vida ya no tiene un sentido. Precisamente puedes encontrar tu sentido en ser la ayuda para los demás, que tú no estás recibiendo.
–Esto esto que menciona tiene que ver con la resiliencia. ¿Cómo es que la resiliencia se relaciona con la idea de ser mucho más grande de lo que uno cree?
Quiero que nos imaginemos un junco, que es la humilde planta. Cuando sopla el viento, el junco se dobla. No hay un solo junco que no se doble cuando sopla el viento. Cuando el viento ha cedido, el junco vuelve a su posición. Tampoco hemos visto ningún junco que se doble antes de que haya viento. La resiliencia no quiere decir que a ti no te afecten las cosas duras de la vida, que si pierdes el trabajo no lo pases mal, o que si pierdes a un ser querido no te pongas triste. La resiliencia es que no empieces angustiarte por lo que podría pasar, es decir, que el junco no se doble antes de que el viento sople. Y que tampoco te quedes dándole vueltas a los problemas, a los sufrimientos del pasado y los mantengas en el presente. Una vez que el viento ha pasado, el junco no se queda doblado, sino que vuelve a su posición.
Hay veces en que se transmite la idea de que la persona resiliente es una persona a la que no le afecta nada. Eso no es verdad. Yo conozco gente increíblemente resiliente que claro que han llorado en momentos muy tristes de su vida, claro que han padecido cuando han tenido enfermedades, pero no han estado angustiados, y cuando ha pasado la enfermedad o la pérdida, recuperan el ánimo al igual que un junco.
Que experimentemos dolor en situaciones traumáticas es propio de nuestra naturaleza humana. Si yo me doy un golpe en la mano en esta mesa de mármol, me va a doler quiera o no quiera. Voy a tener una inflamación, se va a poner roja, se va a hinchar y me va a doler, pero lo que genera el sufrimiento es mi preocupación previa. Con eso yo empiezo a sufrir, peor si me paso todo el día diciendo “pero qué torpe soy, en medio de una entrevista me doy un golpe; seguro que ha pensado que soy bobo” y siga dándole vueltas. Generamos ese sufrimiento en la mente.
–Finalmente, ¿qué mensaje le gustaría dejar a las personas que van a asistir a su conferencia este 15 de mayo en Lima?
Les voy a dejar este mensaje, que es el título de conferencia: eres mucho más grande lo que crees.
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