Un mal día no significa una mala vida. Muchas veces, las adversidades nos desmotivan y nuestras emociones negativas poco a poco se van apoderando de nosotros. Aunque sientas que todo está yendo mal a tu alrededor, ten en cuenta que en algún momento todo mejorará, aunque tome tiempo.
Las relaciones que mantenemos con nuestros amigos o familiares, así como las situaciones sociales y económicas, pueden llegar a afectarnos en gran medida cuando existe un desequilibrio. Pero la única persona que puede controlar cómo la situación nos afecta, somos nosotros mismos. Por eso, en la medida de lo posible es que, a pesar de las adversidades, nos mantengamos tranquilos.
Estos consejos te ayudarán a mantener la calma en esos momentos que sientes que todo va mal:
- Identifica las señales de tensión en tu cuerpo. Escucha a tu cuerpo durante situaciones complicadas es posible que experimentes diversas reacciones. Puede que tus músculos estén más tensos, que tu respiración o corazón se acelere o, incluso puedes sentir cómo sube tu temperatura corporal.
- Tómate un tiempo para responder. Cuando identifiques algún tipo de reacción en tu cuerpo, permítete tomarte un tiempo para dar una respuesta o una solución. A medida que pasen los minutos, las horas, los días, será mucho más fácil pensar objetivamente y encontrar la mejor manera de resolver la situación.
- Respira hondo. El control de la respiración es indispensable para mantener la calma. Concéntrate en la respiración e intenta que sea más profunda y más calmada. Haz una inspiración profunda, aguanta el aire unos 5 segundos y expúlsalo lentamente. Repítelo tantas veces como sea necesario y verás cómo las señales de tensión de tu cuerpo se van reduciendo.
- Concéntrate en otra cosa. Ante las situaciones complicadas, muchas veces nos encontramos con que no podemos parar de pensar continuamente en ello, e intentamos evitarlo, pero intentar no pensar en algo es pensar en ello. Concéntrate en otra cosa. Visualiza un paisaje en tu mente, escucha música, mira por la ventana o mira vídeos de gatitos.
- Juega. Un solitario de cartas (real o virtual) o un videojuego que te permita tener la mente en blanco. Da igual el juego, pero juega. Jugar nos conecta con nuestra infancia y nos relaja porque es un momento en el que nos dedicamos a nuestro disfrute y conseguimos olvidarnos de lo que sucede a nuestro alrededor durante un rato, al menos.
- Utiliza el sentido del humor. El sentido del humor es básico para llevar una vida plena, feliz y divertida. Pero en las situaciones complicadas todavía más, intentar sacarle el punto humorístico puede hacer que se relajen las tensiones. No es fácil, pero se puede conseguir.
Cuando el mal rato que estás atravesando haya pasado, no olvides reflexionar sobre lo aprendido. Mantener la calma exige mucho autoconocimiento y gran autocontrol, cada situación complicada que te toca vivir te deja un aprendizaje. Esto te ayudará a aplicarlo en la próxima ocasión que tengas la oportunidad de hacerlo.
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