Follow @CasayMas_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El color negro es sinónimo de sofisticación, fuerza y elegancia. Y para incluirlo en la cocina como tono principal (en muros, mobiliario y accesorios) es importante que el área sea amplia y cuente con un buen ingreso de luz. El arquitecto César Irigoyen aconseja aplicarlo en una zona de 20 m2 como mínimo.
Opta por superficies distintas, unas más opacas y otras más brillantes, para lograr un contraste de texturas. Mezcla un tablero de granito negro absoluto o de cuarzo, con reposteros pintados con poliuretano (todos tienen apariencia relumbrante) y una pared cubierta con látex mate (un acabado más opaco).
También decora con luminarias colgantes con pantallas de metal y cables expuestos, repisas voladas y vajillas de este tono, para amarrar la propuesta.
La interiorista Sofía Castañeda recomienda pisos de gris claro para aumentar el contraste y hacer que el resultado no sea monótono. Incluso coloca baldosas de 20 cm x 20 cm blancas y negras, para provocar un mayor impacto.
Si el ambiente es pequeño (menos de 10 m2) combina muebles altos y bajos, accesorios de almacenaje y lámparas oscuras, con muros y pisos blancos, beige o cremas, para no restar luminosidad en la cocina. (function(d, s, id) { var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0]; if (d.getElementById(id)) return; js = d.createElement(s); js.id = id; js.src = “//connect.facebook.net/en_US/sdk.js#xfbml=1&version=v2.4&appId=465882020151522”; fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);}(document, 'script', 'facebook-jssdk'));Casa y Más