Belo Horizonte, Brasil (DPA) - El corazón de la ciudad de Rosario latirá fuerte el sábado cuando Argentina busque el pase a semifinales del Mundial ante Bélgica en Brasilia con Lionel Messi y Ángel Di María, algunos de sus hijos pródigos, en el campo de juego.
Pocos lugares aportaron tantos futbolistas argentinos de primer nivel al mundo como Rosario. Muchos nacieron allí, otros tuvieron papeles clave en su historia deportiva, como César Luis Menotti, Marcelo Bielsa, Jorge Valdano, Mario Kempes y Javier Mascherano.
Allí se fundó la “Iglesia Maradoniana” y nació Messi. Pero Rosario no es sólo eso. Es un hito central en el mapa del fútbol argentino.
Y cuando la selección albiceleste salga el sábado por su ansiado pase a las semifinales por primera vez en 24 años, el entrenador Alejandro Sabella podrá confiar en la genialidad de los futbolistas formados en esa ciudad de poco más de un millón de habitantes.
De Rosario provienen Messi, Di María, Maxi Rodríguez y Ezequiel Garay. Y de sus alrededores, Ezequiel Lavezzi y Mascherano.
“Rosario es una ciudad marcada por el fútbol. Todo es fútbol en Rosario, es una cosa muy seria”, sostiene Menotti, el técnico campeón del mundo en Argentina 1978, en el film “Messi” del español Alex de la Iglesia estrenada el miércoles en Río de Janeiro.
Dos grandes clubes de fútbol dominan en esa ciudad de la provincia de Santa Fe, uno de los más importantes puertos agrícolas del país, ubicada 300 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Newell's Old Boys y Rosario Central se reparten las preferencias y también la ciudad. Es usual ver calles, aceras, paredes y pilotes de iluminación pintados de rojo y negro o azul y oro para marcar quién manda en cada metro de Rosario.
El que no nació en Rosario o sus alrededores, tiene que al menos haber jugado en algún momento allí, como los íconos Diego Maradona, Gabriel Batistuta y Jorge Valdano en Newell's, o Kempes en Central.
“La ciudad produce futbolistas, es una verdadera fábrica de jugadores, provee constantemente de talentos”, señaló alguna vez Gerardo Martino, ex técnico de Newell's, el Barcelona y la selección nacional de Paraguay.
Al igual que los ex entrenadores de Argentina Menotti y Bielsa, Martino proviene de Rosario, que fue sede de seis partidos del Mundial 1978 y compite con Córdoba por ser la segunda ciudad más grande de la Argentina. “Los niños y los jóvenes son criados en medio de un clima de pasión por el fútbol”, sostuvo.
Ese fervor fue palpable en los 100 jóvenes jugadores de la escuela de fútbol Renato Cesarini de Rosario, de la que surgieron entre otros Mascherano y Martín Demichelis, que cumplieron su sueño de estar cerca de sus ídolos en el Mundial de Brasil.
El numeroso grupo de futbolistas de 12 a 18 años partió en dos ómnibus de Rosario y recorrió primero 2.500 kilómetros hasta llegar a Río de Janeiro para acompañar el debut de Argentina ante Bosnia-Herzegovina. De allí hicieron 500 kilómetros hasta el búnker argentino en Belo Horizonte para el partido con Irán y luego otros 1.700 kilómetros rumbo a Porto Alegre, donde Argentina venció a Nigeria.
Ninguno de ellos tenía entradas para los estadios pero recibieron el mejor premio, ser testigos en Cidade do Galo de los entrenamientos de Messi y sus compañeros.
El sábado palpitarán el partido desde su casa, en la misma ciudad en la que nació Ernesto “Che” Guevara y donde se izó por primera vez la bandera argentina. La ciudad donde el astro argentino Messi aprendió a patear la pelota y vivió hasta sus casi 13 años, y a la que regresa cada día libre que le da el Barcelona y la selección nacional.