El penal que falló Christian Cueva ante Dinamarca en el Mundial Rusia 2018 nos dolió a todos. De hecho, un año y medio después, nos sigue doliendo y seguro que esa pena máxima no se irá en mucho tiempo. Era el debut de una selección peruana que volvía a la Copa del Mundo después de 36 años. A los 43 minutos, Cueva inventaba, con esa habilidad y picardía para pisar el balón en el área rival, un penal. Hasta ese momento, el volante tenía el respaldo de todo el país: era el que más partidos había jugado con Ricardo Gareca (39) y su presencia era fundamental en el equipo de todos. Por su diestra pasaban los mejores ataques.
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Pero todo cambió cuando cogió el balón y lo colocó en el punto blanco del área del estadio de Mordovia, en Saransk. Christian tomó vuelo, dio dos saltitos hacia el costado izquierdo y uno para adelante, frenó, siguió su recorrido y disparó. El balón pasó por arriba del arco del portero Kasper Schmeichel, mientras el jugador miraba al vacío sin poder creer lo que había ocurrido. Dicen que un penal es la puerta de la gloria o el infierno. Depende de cómo lo ejecutes. Cueva se fue al segundo.
“Voy a quedar marcado de por vida”, presagiaba después del encuentro que finalizó 1-0 a favor de los daneses. A partir de ese momento, la relación de ‘Aladino’ con los hinchas se convirtió en tóxica: lo querían, sí; pero no le perdonaban su error. Pasó de ser póster a ser meme. De los elogios a las críticas e insultos. Su penal, incluso, fue pregunta de un examen de universidad. Todo y nada comparado con lo que llegaría un mes después. Una persona identificada como Renzo Quiroz coincidió con él en un vuelo hacia Madrid y aprovechó la ocasión para acercarse al jugador y grabar un video insultándolo. Las imágenes se divulgaron rápidamente y fueron repudiadas por muchos. El atacante mandó un comunicado recibiendo el apoyo de sus compañeros.
“Le temblaron las piernas”, “nunca debió patear”, “le quedó grande la camiseta”, son algunas frases, entre mentadas de madre, que inundaron las redes sociales y debates de esquina.
Christian Cueva sufrió ‘bullying’ por todos lados y de todo calibre. Y las consecuencias se vieron reflejadas dentro del campo. Las estadísticas no mienten: desde el 2017 hasta un día antes del debut en el Mundial, el ’10′ había jugado 61 partidos (4.285 minutos) con su club, Sao Paulo, anotando 13 goles. Después del torneo hasta la fecha -también en un lapso de casi año y medio- pasó del Krasnodar de Rusia al Santos de Brasil y su participación fue en descenso: disputó 39 encuentros (1.668 min.).
Para Luis Gómez Correa, presidente de la Asociación Peruana de Psicología del Deporte y Ejercicio, “Cueva está lesionado mentalmente. El asedio constante al que estuvo expuesto ha pasado factura. En el fútbol actual el 90% de influencia en un futbolista viene de la cabeza, el otro 10% está en los pies. Si un futbolista no está bien de la mente es difícil que pueda rendir al 100% en su juego”.
Un futbolista que vivió algo similar al volante fue Andrés Mendoza. El exdelantero fue acusado erróneamente de ser el culpable de la no clasificación al Mundial Sudáfrica 2010 por fallar el gol del triunfo a los 88’ en el empate ante Ecuador. Pero hay que aclarar algo: era la fecha 13, aún faltaban cinco partidos para que terminen las Eliminatorias y Perú estaba en ese momento en el puesto 9.
“En ese tiempo no había redes sociales, así que no sufrí lo que ha vivido Christian [Cueva]. Incluso, cuando terminó el partido me fui en mi carro a mi casa. Cuando estaba por Miraflores un chofer que estaba al lado bajó la luna de su taxi y me dijo: ‘Andrés, tranquilo, no pasa nada’. Eso me reconfortó”, cuenta ahora el exdelantero de 41 años.
“No es fácil salir de ese momento. El entorno cercano también tiene mucho que ver y Cueva necesita rodearse de gente que lo ayude para que regrese a su nivel y ser el hombre importante de la selección como lo fue en las Eliminatorias pasadas”, añade el ‘Cóndor’.
-El fin-
El último miércoles, Christian Cueva vivió una verdadera pesadilla. Fue separado del primer equipo del Santos por faltar a un entrenamiento y Ricardo Gareca no lo convocó para los amistosos de la selección ante Colombia (14 de noviembre en Miami) y Chile (19 de noviembre en Lima). ‘Aladino’, quien ya se encuentra en Lima, no tendrá actividad hasta el otro año.
Como señala Pedro Canelo, periodista de El Comercio, sobre la relación Gareca-Cueva: “Ricardo Gareca, ese hombre que se convirtió en un ‘señor de los milagros’ para el fútbol peruano, demostró que, con jugadores como Cueva, ya no tendrá la paciencia de una procesión".
En menos de dos años, Christian pasó de ser el jugador más importante de la selección en la era Gareca a ser la duda continua de un técnico que supo protegerlo en su momento.
-Actos de indisciplina-
Después del Mundial, Cueva en vez de trabajar para mejorar, se dejó ver en situaciones lamentables y poco profesionales.
Tras la Copa América Brasil 2019 en la que Perú quedó subcampeón, algunos futbolistas fueron a celebrar el cumpleaños de Carlos Zambrano (10 de julio). En los vídeos que circularon en las redes estuvieron presentes Edison Flores, Luis Advíncula y Christian Cueva. Este último se pasó de copas y terminó orinando en el estacionamiento del aeropuerto Jorge Chávez.
“Me pasé un poco de tragos”, señaló el volante haciendo un mea culpa que duró poco. Tiempo después protagonizó una pelea con una hincha en una discoteca de Brasil. “Tuve una cena con un amigo y una gente que me trajo una propuesta de Goias para ir a préstamo. Era un sitio que era un restaurante-bar, que está a tres cuadras de mi casa. Y al momento de irme para mi casa recibí agresiones verbales, que es normal y lo entiendo, pero hubo una agresión física, y ahí es donde yo reacciono y eso es lo que quiero aclarar, porque en ningún momento he estado bebiendo”, se defendió.
Ser futbolista no quiere decir que vivas en una burbuja o dentro de las paredes de tu casa. Pero sí estás en la obligación de cuidar tu imagen profesional. Y Christian Cueva, lamentablemente, no lo ha hecho. “Necesita ayuda profesional, alguien que lo guíe. Está a tiempo”, finaliza el psicólogo Luis Gómez. Sí, ‘Aladino’, aún estás a tiempo de superar esa pena máxima que sigue consumiendo tu carrera.