Las dunas del desierto de la península arábica confabularon en favor de Carlos Sainz. En las dos etapas que se corrían en el llamado Cuartel Vacío, el desierto de Rub al-Jali, el español prácticamente sentenció el Dakar.
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De 24 segundos extendió su ventaja a 18 minutos sobre Nasser Al-Attiyah el miércoles y este jueves en el retorno entre Shubaytah y Haradh, mantuvo su liderato, y son 10 minutos y 17 segundos que lo separan del catarí. Mientras, tiene a su compañero Peterhansel a 10:23. El francés luchará por quitarle el segundo lugar a Nasser.
Las condiciones del terreno sobre dunas favorecen al buggy del español, que está a puertas de celebrar su tercera victoria. Con dos mundiales de rally en el bolsillo y los Dakar del 2010 y 2018, ‘El Matador’ sigue con la vitrina abierta para más títulos.
Este Mini JCW Buggy es un coche preparado por más de 50 ingenieros que viene evolucionando desde el 2017. "El Mini es exactamente como era el Peugeot y están volando", aseguraba Nasser hace unos días. Los Peugeot ganaron los Dakar entre el 2016 y 2018.
Además, existe una polémica entre los Toyota y los Mini, ya que los primeros tienen una brida de admisión -tuvo de ingreso de aire al motor- de 37 milímetros ante los 39 de los Buggy. Cuanto mayor es el diámetro, más aire puede entrar al motor, lo que mejora su rendimiento
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