Fue un 10 de junio del 2007. Messi reprodujo ese día una versión propia de La mano de Dios, al marcar el empate de su equipo, el Barcelona, frente al Espanyol con la mano.
Messi fue lo suficiente hábil para adelantarse al portero camerunés Carlos Kameni, y concluir con la mano, un remate de cabeza al que no pudo llegar.
Messi se estiró para rematar de cabeza, no llegó, pero se aferró a su pillería para no ser desenmascarado.
Fue un calco de aquel tanto de Maradona, logrado el 22 de junio de 1986, que le permitió a Argentina clasificarse a las semifinales de aquel Mundial en México.
El de Messi alimentó, en ese entonces, las esperanzas ligueras del Barcelona, que concluyó el partido con un empate a dos. Finalmente, Real Madrid levantó el título de la Liga BBVA en esa temporada.