Berlín (EFE).- El caso de Thiago Alcántara -que se ha roto ya tres veces el ligamento de la rodilla derecha- sería sólo un ejemplo más de la mala fortuna que puede perseguir a un jugador pero se ha convertido en el epicentro de una lucha de poder entre Pep Guardiola y el médico del Bayern, Hans Wilhelm Müller-Wohlfahrt.Müller-Wohlfahrt, de 71 años, es un corifeo de la medicina deportiva en Alemania, ha sobrevivido a más de veinte entrenadores en el Bayern Múnich y también se ocupa de los jugadores de la selección alemana.
DIFERENTES OPINIONESSu primera diferencia con Guardiola se dio cuando el preparador catalán estaba recién llegado al Bayern y, durante un entrenamiento, quiso saber dónde estaba el médico al darse cuenta que los jugadores que tenían algún problema eran sólo atendidos por los fisioterapeutas.La respuesta, normal para el Bayern, era que Müller-Wohlfahrt estaba en su consultorio en el centro de la ciudad a donde, en caso necesario, iban los jugadores.Guardiola era partidario de tener al médico siempre dentro de la ciudad deportiva y así lo hizo saber. Müller-Wohlfahrt le respondió que él necesitaba seguir trabajando en su consulta y viendo a otros pacientes para estar permanentemente “entrenado” lo que a la postre favorecía al Bayern.De ese primer pulso entre las dos vedettes hay dos interpretaciones.La oficial es que, en una reunión citada por Mathias Sammer, Guardiola terminó entendiendo y aceptando las razones del médico. La segunda es que sencillamente Müller-Wohlfahrt ganó esa batalla y defendió la autonomía que ha tenido siempre en lo que refiere a asuntos médicos en el Bayern.No obstante, cuando Thiago se rompió por primera vez el ligamento, en marzo de este año, volvió a haber diferencias entre los dos. Guardiola decidió asumir la gestión de la lesión y autorizó, contra la opinión de Müller-Wohlfahrt, que Thiago viajara a España donde fue tratado por el médico Ramon Cugat, que recurrió a un tratamiento conservador con inyecciones de cortisona.La idea era lograr que Thiago llegara al Mundial y la final de la Copa de Alemania pero lo que ocurrió fue que, durante la rehabilitación, el ligamento volvió a romperse.
HABLA GUARDIOLA“La responsabilidad de la gestión de la lesión de Thiago ha sido mía y no del doctor Müller-Wohlfahrt”, admitió Guardiola, en la conferencia de prensa previa a la Copa de Alemania al final de la temporada pasada.Ahora, en los medios alemanes circula la hipótesis de que las inyecciones de cortisona, un antiinflamatorio, crearon una apariencia de recuperación ilusoria que llevaron a la segunda rotura y, probablemente, a la tercera, ocurrida en esta semana cuando Thiago estaba a punto de volver a las canchas.“¿Las inyecciones españolas de cortisona destruyen a Thiago?”, se pregunta hoy el diario “Bild” en sus páginas deportivas.En todo caso, se dice que Müller-Wohlfahrt había advertido de los riesgos del tratamiento con cortisona.El caso Thiago no ha sido el único que ha producido roces entre Guardiola y Müller-Wohlfahrt.
EL CASO SCHWEINSTEIGEROtro bastante álgido es el de Bastian Schweinsteiger, no por diferencias en el tratamiento sino por declaraciones públicas del médico que a comienzos de temporada dijo que el jugador le faltaban seis semanas de vacaciones que no había tenido por el Mundial, que jugó con problemas en la rodilla izquierda.Eso molestó a Guardiola, que cuando se le preguntó por Schweinsteiger respondió que leyeran los periódicos a los que Müller-Wohlfahrt había dicho que iba a estar seis semanas de baja.Hubo otro entrenador del Bayern que tuvo problemas con Müller-Wohlfahrt. Fue Jürgen Klinsmann, que duró menos de una temporada. El puso a un médico con consulta en la ciudad deportiva, pero los jugadores seguían buscando a Müller-Wohlfahrt, un médico al que Lothar Mathäus definía como un hombre con “un radar en los dedos” que le permitían hacer diagnósticos sólo con el tacto.