En los defensas es una carretilla. En el 10, un pase pared. En el 9 el gol y para el extremo, esa mezcla de wing y lateral, es decir ese tren que siempre está a 200 km/h, el aplauso lo distingue cuando llega al área contraria y tira un centro hecho con escuadra. En los 70 se llamaba Puñalada y le pertenecía a Calatayud. En los 80, el Ciego Oblitas construyó así su mito. Ahora es Luis Advíncula el representante peruano de esa jugada que se compone de precisión y velocidad: el centro atrás que es medio gol.
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El campo minado que suele ser el fútbol argentino lo pondrá siempre por encima de cualquier otro peruano en el puesto -digamos André Carrillo, digamos Andy Polo-, y la regularidad con que se impone en este torneo hace justo cualquier elogio de su club, que hoy vigila Juan Román Riquelme. “Quédate a vivir”, le pusieron el otro día las redes sociales de Boca Juniors, que nunca le dijo eso al León Zambrano o a Ñol Solano.
En Superliga o la Copa, ante el chileno Diaz o el picharrata Benedetti, Luis Advíncula está haciendo eso, precisamente: construyendo la casa en un barrio de donde no se debería ir más.
La precisión, la autoridad y los 10 goles que ha marcado en Boca desde 2021 han sido los argumentos para que Advíncula reciba en Boca el trato de un juvenil promesa… a los 34 años. Llegó una oferta millonaria de Brasil en enero y desde Brandsen 805 dijeron no. Pasaron cinco técnicos en el club xeneize desde que llegó y todos terminaron por usarlo de titular. La de esta noche es una prueba de que no se equivocaron: completó -según el estadístico peruano Ysrael Zárate- nueve asistencias de gol desde que pisó Boca por primera vez y cinco de ellas han sido para el uruguayo Merentiel. Iguala con Lautaro Blanco como máximo asistidor de la temporada en el equipo, con cinco para cada uno.
No es normal para un futbolista peruano encontrar su lugar en el mundo. Pienso en Claudio Pizarro en Bayern -9 temporadas-, Raúl Ruidíaz en Seattle -7 años- o más atrás, Juan Reynoso en Cruz Azul -8-. Ni Cueva o Flores y ni siquiera Paolo parecieron hallar en sus pesadas carreras en el extranjero una ciudad que los expusiera, los quisiera y los potenciara tanto como Boca a Advíncula. Él, que en los últimos días hizo noticia por unas declaraciones que sugerían su “cercano” retiro, devuelve de la única forma posible para un jugador de élite: títulos. Copa Argentina 2020, Copa de la Liga 2022, Liga Profesional 2022 y Supercopa Argentina 2023.
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