ELKIN SOTELO C. @elkinsot_DT
Cada que Daniel Peredo acaba una narración suele expresarse: “Ha ganado Alianza, ha ganado ¿bien?... La pelotita parada”.
Para nada. Y es que este equipo de Guillermo Sanguinetti se libra de toneladas de críticas porque su puntaje (8) es más que aceptable. La explicación de hace semanas era que “este equipo recién sale de la pretemporada” y ahora se dice que “es un equipo en formación”.
Pero esto es Alianza Lima y el hincha blanquiazul tiene un paladar muy sensible para este tema. En el fútbol ganar es como el pan de cada día, pero no solo de pan vive el hombre, dicen.
¿POR QUÉ NO JUEGA BIEN ALIANZA? Al parecer está pasando por un cambio que no asimila del todo. Sanguinetti propone ir a apretar a los rivales y correr en demasía, pero no ha resuelto qué hacer cuando tiene la pelota en los pies. Y eso es lo que, justamente, los hinchan exigen. Alianza no es un club que especule, Alianza tiene que ser protagonista en el campo.
Por eso el técnico prefiere en ataque a hombres como Julio Landauri y Gabriel Costa, antes que Israel Kahn y Junior Ponce. Los primeros son más aplicados para el esquema y el gusto personal de Sanguinetti de ir a asfixiar en la marca. Los segundos tienen mejor manejo con la pelota y el uruguayo recién los utiliza cuando las cosas se ponen feas en el campo y el gol (el fútbol) no llega.
Otra de las apuestas de Sanguinetti es el temperamento. En eso sí hay nota aprobatoria. Alianza no se deja pasar por encima y también es capaz de pegar si es necesario. Tiene el carácter para ir al frente, entiende que la camiseta se tiene que imponer con esa base charrúa de jugadores como Ibáñez, Míguez y Guevgeozián, pero se complica cuando hay que poner más que eso para ganar los partidos. Ahí es donde le falta mucho fútbol.
De alguna manera, parece que Sanguinetti seguirá en esa línea. No hay indicios de que el equipo esté dado para el juego vistoso. A lo mucho podrá ser definido como un equipo práctico. ¿Se van a conformar los hinchas?