Muchas veces la emoción al empezar en el running genera una ilusión por correr más kilómetros o poder hacerlo más rápido. Si bien el correr nos hace sentir más saludables y felices, al buscar mejoras no hay que saltarse los procesos y seguir un plan de entrenamiento según el nivel, características y objetivos. Aquí te contamos sobre 5 de los errores más comunes al correr para que los evites en tu práctica.
1. Correr demasiado rápido. Este suele ser uno de los errores más comunes cuando se empieza en el running. Muchos realizan un gran esfuerzo en el primer kilómetro, pero luego les cuesta mantener una buena respiración y sostener el ritmo. Como es lógico, cada kilómetro el ritmo se baja y esto puede resultar desalentador para novatos.Morayma Segura, entrenadora y maratonista, sugiere primero prepararse a nivel físico y mental. En la parte física, es importante contar con un plan de entrenamiento. Y en plena sesión, lo más recomendable es empezar lento. Primero, debes entrar en calor, regular la respiración y luego puedes ir subiendo de ritmo poco a poco. En las primeras semanas, debes ir encontrado tu ritmo, para que luego puedas mejorar tu pace y la distancia a recorrer.
2. Correr siempre al mismo ritmo. Este es un hábito que se adquiere cuando el corredor se siente cómodo con la misma distancia y velocidad. Más allá de la monotonía, puede ser contraproducente pues el cuerpo necesita salir de su zona de confort para continuar con un periodo de recuperación que mejore el rendimiento, ya sea el resultado alcanzar mayor resistencia o velocidad.Para Andrés Olivera, entrenador especializado en trail running, se deben realizar entrenamientos simulando los ritmos de carrera que trabajaremos en competencia. Además, es indispensable incluir trabajos variados como intervalos, cuestas, fartlek, entre otros.
3. No calentar ni estirar. Muchos corredores, incluso los más experimentados, subestiman la importancia del calentamiento antes de correr y del estiramiento al terminar. Calentar reduce el riesgo de lesiones, sobre todo por las constantes contracciones que se realizarán a nivel muscular y los movimientos que exigen una gran flexibilidad. Mientras que estirar ayuda a bajar la tensión generada tras el ejercicio, evitando así contracturas, adherencias y lesiones.Lilia Alameda, licenciada en fisioterapia, aconseja realizar ejercicios que no generen mucha carga muscular antes de correr. Se trata de lubricar las articulaciones y generar una movilización muscular. Al terminar, lo ideal es hacer estiramientos en toda su amplitud para mejorar la oxigenación y evitar la acumulación de ácido láctico.
4. No usar zapatillas adecuadas. Nunca compres unas zapatillas por el color o tendencias, sin tomar en cuenta las necesidades básicas y la función de un calzado deportivo especializado para un deporte como el running, en donde la tecnología es de gran utilidad. Lo aconsejable es primero saber tu tipo de pisada, que puede ser supinador, pronador o neutro. En base a ello y a la tecnología del calzado, puedes escoger un modelo que se acomode a tu peso, ritmo y distancia a correr. Luego, podrás enfocarte en temas adicionales como el peso de la zapatilla, transpirabilidad, agarre a la capellada, etc.
5. No darle importancia a las medias. Este es un punto al que no se le presta mucha atención, pero que es muy importante. La calidad de las medias y el que sean especializadas para running puede evitar incomodidades e, incluso, el abandono de una carrera si se está probando por primera vez una distancia. Unas medias con costuras, bultos o de un material inadecuado puede generar ampollas o heridas, lo cual es una de las cosas más incómodas a la hora de correr.Recuerda que siempre hay que probar las medias durante los entrenamientos previos a una carrera, nunca en el día de la competencia. A la línea de partida, se llega con todo probado.