El running y el trail running se diferencian porque en el primero se trata de correr en asfalto, mientras que el trail running hace referencia a correr por un terreno natural -ya sea montañas, desiertos o bosques- que incluye superficies irregulares u hostiles y cuestas con elevación. Este contacto con la naturaleza es lo que enamora a muchos.
La dificultad en las carreras de asfalto varía de acuerdo a las distancias, siendo las más clásicas los 10K, 21K y maratón. Mientras que la dureza del trail running, no solo dependerá de la distancia a correr, sino también de los factores naturales de la locación como son el tipo de terreno, el desnivel del recorrido, los obstáculos que pueden aparecer en el camino, temperatura, inclinación, altimetría total ganada, entre otros.
“Cada carrera de montaña es una experiencia diferente, puedes encontrar cosas no esperabas y cada factor puede ser determinante para tu rendimiento. Por ejemplo, una carrera en un lugar muy frío y con una altura por encima de los 3,500 msnm. cambia por completo si se presenta una lluvia. El frío se puede sentir hasta los huesos y necesitarás material técnico especial para mantenerte seco. De igual forma, en una carrera en la selva a más de 35°, una simple lluvia puede ser igual de fuerte, pues, el calor que sale del suelo te ahoga y el terreno se vuelve más técnico”, cuenta el trail runner Pablo Ulloa.
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Diferencias en la preparación
Dentro de la preparación para las carreras de asfalto se recomienda realizar ejercicios de técnica, entrenamientos cruzados, trabajo de fuerza, entre otros. Mientras que para estar preparado para carreras de montaña, se debe tomar en cuenta una preparación adicional por la dureza del terreno, la cantidad de ascensos y descensos en la ruta así como los cambios de ritmos propios de correr en la montaña.
La preparación para trail running, entonces, debe incluir trabajo de musculación y fuerza. Este se puede realizar en un gimnasio o en un entrenamiento funcional con cargas, con un especial enfoque en el tren inferior para potenciar todos los músculos de las piernas.
Incluir trabajo de series y tempo ayudará a trabajar la velocidad y resistencia para poder correr distancias más grandes. Asimismo, las sesiones de Fartlek son importantes pues ayudan a estar preparado en los cambios de ritmo, propios de una carrera con desnivel.
“Más que un error, a veces es cuestión de ignorancia el hecho de creer que solo corriendo mejorarán su desempeño en ruta. Esto, debido a que difícilmente tendremos una buena zancada y postura si es que no tenemos fortalecida toda la musculatura involucrada. Existen múltiples ejercicios que ayudan a mejorar no solo la fuerza, sino la resistencia y agilidad, necesarias para progresar como trail runners”, señala Cristian Zavala, coach y organizador de carreras de trail running en Viña del Mar.
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Otra diferencia es que en carreras de asfalto el camino está señalizado y ‘limpio’, con puntos de hidratación en general bien ubicados. Sin embargo, en las carreras de montaña si bien hay una señalización, es importante que cada corredor conozca las reglas básicas de ubicación, lectura de mapas, configuración y uso de reloj, así como saber qué hacer en caso de que alguna emergencia.
Para iniciarse en el trail running no hay un requisito específico. Si eres corredor de asfalto o practicas otro deporte debes considerar que lo más importante es la preparación y el material técnico. Hay diferentes tipos y niveles, puedes iniciar con competencias sin elevación, con una altimetría ganada de no más de 1 kilómetro y una distancia de 5K.
En el running, muchas veces lo más importante son las ganas de correr, unas zapatillas cómodas y algunas prendas técnicas. En el caso del trail running hay que tomar mayor cantidad de precauciones. Se hace vital el uso de unas zapatillas con buen agarre según el tipo de suelo (terreno liso, barro, hierba, etc), además de llevar una mochila con compartimientos para líquido, reloj gps, chaqueta plegable, manta térmica en caso de emergencia, entre otros materiales técnicos de montaña.
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