Yo era de los que ciegamente no lo quería más en la selección. Claro, hace un año era un jugador con varios kilos de sobrepeso y que solo aparecía en la ‘tele’ por sus inadecuadas conductas fuera del campo. Si Markarián lo siguió convocando fue por terquedad y esa variable de “jerarquía” de la que tanto hablaba el ‘Mago’. Pero lo cierto es que Juan Manuel Vargas no daba la talla.
Ese es el Vargas de antes. En el plano futbolístico, al menos, el ex Catania ha recuperado su mejor nivel. Está en el peso adecuado, es titular en la Fiorentina e incluso uno de los capitanes del equipo violeta. Se ganó la confianza de un Vincenzo Montella que la temporada pasada lo quería fuera del equipo a cómo diera lugar. Incluso le dieron la 66, ¿recuerdan? Ahora tiene la ‘6’. Su número. El que siempre pide en la selección.
Se deduce que su recuperación en el juego está asociada a una vida privada más tranquila. Esperemos que sea así. A sus 30 años, difícilmente veremos a un Vargas mejor que el de ahora. Si no lo convocamos ahora, ¿cuándo?
Es cierto, Bengoechea no lo ha descartado. Aunque algunos rumores indicaron que el uruguayo no lo quería más por sus problemas extradeportivos. Razón no le faltaría. Si Vargas regresa, tiene que ser un santo. Nada de saliditas, o regresarse a Europa en estado etílico.
Necesitamos al Vargas que se vio ayer en Europa League, pero también al Vargas más responsable y maduro. Ese que ya casi nadie recuerda.