Neutralizar a Yotún es la fórmula ideal para que una selección a la que nunca le ha sobrado nada navegue en la intrascendencia. No hay mucha ciencia detrás de ello. ‘Yoshi’ es el hombre de la salida limpia, del pelotazo largo al pie. Es el cerebro y sin él, la Bicolor entra en coma. Súmenle la pérdida de jerarquía ofensiva por las ausencias de Guerrero y Farfán, el flojísimo nivel de los laterales y el presente fantasmal de Cueva y el ‘Orejas’ Flores. Con todo ello, las pobres presentaciones de Perú en la reciente fecha doble de las eliminatorias no deberían llamar la atención.
Hubo, además, un peligroso añadido: las dudas de Ricardo Gareca en las alineaciones iniciales. Y sus poco felices decisiones al intentar replantear el juego.
Hay, por supuesto, problemas que superan al ‘Tigre’, de los cuales hemos hablado en más de una oportunidad en este pequeño rincón. El principal es que no cuenta con demasiadas alternativas para elegir. La crisis estructural que padece nuestra organización futbolística –que no supo aprovechar el envión anímico y financiero que significó la clasificación a Rusia 2018- no ha hecho más que ahondarse en los últimos años. Los fracasos internacionales de las selecciones de menores y los clubes –a excepción de Sport Huancayo- han sido vergonzosos. La función de un seleccionador, como su nombre lo indica, es seleccionar. Y si no tiene de dónde, la cuesta se pone más difícil. Gareca es entrenador de fútbol, no David Copperfield.
Culpar a la ‘argolla’ “porque no le dan pases a Lapadula” es parte de nuestro folclore. Antes la víctima se llamaba Benavente y cuando no había un héroe a quién buscar, se encontraban villanos como el inefable Bascuñán. En el fútbol, como en la política, la historia se repite.
Por eso preocupa que en la Videna se maneje la versión de que Juan Cominges – ‘coach ontológico’ del plantel- haya sido el culpable del fracaso ante Argentina. ¿Qué crimen cometió? Supuestamente desconcentrar a los jugadores al tratar de obligarlos a realizar un gesto en apoyo a las movilizaciones de la semana pasada. A ‘Juanchi’ se le enrostra ser de izquierda. En la Copa América del año pasado, cuando le llovieron los elogios, de su amor por el Che Guevara nadie se acordó.
Argentina superó a Perú ampliamente y pudo irse del Nacional con un resultado holgado. No hay más explicación. Por eso preocupa que en la Videna quieran buscar pretextos ridículos para ocultar sus errores. Con un “nos equivocamos, vamos a darle vuelta a esto”, bastaba. Optar por enfilar los índices intranquiliza. Sería una señal de que estamos frente a un problema mayor.