DAVID HIDALGO DavidsCreator Redacción online
Habla Roberto Chale: Tengo 66 años. Nací en los Barrios Altos y luego me mudé a Magdalena, ese fue el querido barrio que me vio nacer en el fútbol. En el 69 le pintamos la cara a la Argentina en la Bombonera, le puse la pelota a Rulli en la cabeza, y la sacamos del Mundial. Yo le hacía huachas a Pachamé, y él me enseñaba el puño y me decía: “¡Te voy a matar!”. ¡Qué me vas a matar si no sabes cerrar las piernas! Nunca jugué mejor.
El Real Madrid me quiso contratar después del Mundial de México 70. Como técnico no perdí ante la Argentina de Maradona y Bilardo que ganó el Mundial de México 86. Fui tricampeón con la ‘U’ y ahora me gano los frejoles como columnista de un diario deportivo.
Cada vez que jugaba contra equipos argentinos le salía todo. La raza, el barrio, las jugadas que soñaba. “Debe ser porque en mi debut internacional con la ‘U’, River Plate nos ganó 5-0 en Buenos Aires y yo soy timbero, me juego todo a la próxima carta. Cuando perdía me afectaba el ego”.
— ¿Cómo fue la noche previa al partido en la Bombonera? Didí salía a caminar por la cancha a las 4 a.m. mientras nosotros estábamos durmiendo en La Candela. En un cuarto inmenso había cuatro camas: yo estaba en una, y en otras dos ‘Cachito’ Ramírez y José Fernández. ‘Cachito’ y yo no podíamos dormir. Yo tenía miedo… más maricón que yo no hay.
— ¿Le tenía miedo a los argentinos? ¡Nooo! Tenía miedo de defraudar a mi barrio. Era como perder el honor.
En la otra ala dormía José Fernández y el ‘viejito’ se destapó. ‘Cachito’ se acercó a su cama y lo tapó. Cuando metió los dos goles pensé: “Ese es el premio de Dios por ser bueno, noble”. ¡Por qué no lo tapé yo! [risas].
— ¿Y lo del huairuro de Didí? En el camarín de la Bombonera, antes de salir a la cancha, venía la clásica arenga del presidente de la República que enviaba su carta desde Lima: “Son once contra once, pero todo un país los respalda”. En todos los partidos decía lo mismo [risas]. Luego de eso, Didí, como buen macumbero, sacó un pomo lleno de huairuros, los mostró en su mano y nos dijo: “Yo nunca he perdido una final”… Y, carajo, puse mi mano encima primero y le dije: “Conmigo no vas a perder, no seré bueno, ¡pero soy lechero!”.
— Cuénteme otra de Didí Él se escapaba de la concentración del Leoncio Prado metido en la cajuela de un auto viejo del utilero. Se colaba todo el humo del escape. Así viajaba desde La Perla hasta Magdalena, y en el trayecto el utilero escuchaba una voz: “CholoDidí ¡asfixia!”.
— Pasemos a la eliminatoria del 85. Para que Reyna marcara a Maradona, tuvo que decidir si sacar a Cueto o a Uribe. ¿Cómo tomó la decisión? Exacto. Si sacaba a Cueto, se me venía medio país encima. Si lo sacaba a Uribe, que era de Cristal, solo iban a saltar la señora Esther y don Ricardo Bentín.
— ¿Le deprime hablar de la selección actual? Tremendamente. La última vez que perdimos con Venezuela, al día siguiente salí de la iglesia y vi a la gente caminando como zombi. Yo era uno más. Y todos teníamos la misma cara de autogol y al frente el goleador: Manuel Burga .
— ¿Qué opina de los jugadores peruanos de esta generación? Nosotros no ganamos plata y ellos ganan fortunas. Por clasificar al Mundial del 70 solo nos pagaron mil dólares. Pero los jugadores de ahora son una generación de perdedores. Claudio Pizarro dice que no puede estar concentrado en un hotel 5 estrellas durante tres días, no lo soporta. Nosotros estuvimos un año concentrados y tomando hierbaluisa.
— Todo un sacrificio… Por eso van a pasar desapercibidos. Por eso le echo flores a mi generación del 70: la gente va a tener que seguir cantando el “Perú campeón” hasta que nosotros estemos bajo tierra. Para alimentar nuestro ego nos conviene que Perú siga perdiendo, para que no nos olviden.
— ¿En qué se equivocó Markarián? Markarián es un chorro, un bufonero, un mercachifle. Didí tenía 41 años cuando nos entrenaba, era 30 años menor que Markarián. Yo quisiera que Pizarro, que ha triunfado 15 años en Alemania, sea el entrenador de Perú. El otro es Solano.
— ¿No le jugaría en contra no haber ganado nada con la selección? No, para nada. Sería su oportunidad de arreglarlo. Cuando yo lo hice debutar en la Primera División, en Deportivo Pesquero, él era volante de contención. Y lo ubiqué de centro ‘forward’ [‘9’] y no me equivoqué.
— ¿Por qué no hay más jugadores como Chale en la selección? Porque nosotros teníamos mucho fogueo de barrio. Jugar en Magdalena era bravo. Cuando tenía 11 años, los chicos de 13 jugaban preliminares del fútbol profesional. Ahí vi al ‘Mitrón’ Cáceres, jugaba como los dioses, se sentaba en la pelota y se burlaba de todos. Su club era la Academia José Soriano, pero él venía de un equipo del barrio Huascarán en La Victoria: el Saca Chispas. Cuando vino a jugar a la cancha del oratorio, mi cancha, yo me senté en la pelota. Quería pegarme. Yo se la vi, y se la hice a él. Encima, le gané 3-0.