Hugo Desenzani, CEO de Urbanova Inmobiliaria, detalló desde el CADE 2022 que la compañía invertirá en la creación de oferta de coworking, así como en la mejora de su oferta de hoteles de lujo. Esto se debe al incremento de la presencialidad en los empleos y en la recuperación del turismo.
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—Urbanova tiene un rol importante desde el lado turístico, ¿cómo han visto la actividad en este 2022?
Nosotros efectivamente nos estamos recuperando de los dos peores años que hemos tenido, tanto por el Covid-19 como por las restricciones impuestas. Significó una caída del 90% en el sector turístico en el 2020 y 2021. El 2022 fue un año de recuperación, inició con una recuperación cercana al 50% respecto a lo que fue prepandemia, pero en la medida en que las restricciones han ido cediendo, a medida que el virus nos deja, hemos visto una recuperación que ha sido mayor a la que anticipamos. Depende del hotel, pero estamos llegando entre un 70% y 90% de la demanda del 2019.
—¿Geográficamente dónde hay una oferta de lujo más atractiva o demandada?
La realidad hoy es que la infraestructura es nuestro tendón de Aquiles. En consecuencia los únicos lugares que hoy están recibiendo ese turismo de lujo son principalmente Lima, Cusco, Urubamba, Machu Picchu. Y estamos viendo más interés por la selva, pero es muy incipiente.
—¿Ustedes ya tienen operaciones en la selva?
Aún no tenemos, estamos viendo la selva nuevamente desde un punto de vista de la riqueza de los destinos. Nos encantaría tener 15 hoteles en Perú, pero para nosotros poder invertir necesitamos que se tenga infraestructura mínima para que las personas puedan llegar fácilmente. No hay que olvidar que en turismo uno compite con otros países, con otros destinos, con otras ubicaciones. Es difícil llegar a la selva.
—Aparte del turismo, es muy importante también vender una experiencia al turista. ¿Qué tendencia están viendo?
La primera tendencia que nos tiene contentos es que la gente repriorizó el viaje en sus vidas. Al haber estado encerrados por dos años dicen que ahora es el momento del viaje que siempre quisieron hacer. La segunda tendencia que nos gusta es que si bien la mayoría de las oficinas están volviendo a la presencialidad, la pandemia sí nos permite trabajar de manera híbrida. Entonces la segunda tendencia que estamos viendo son viajes más largos, es decir, una persona puede viajar por un viaje de negocios y se queda tres o cuatro días más para disfrutar. O va para un viaje de placer y lo extiende porque puede trabajar desde el destino en el que se está hospedando. Esas tendencias han enriquecido mucho al viajero, el viaje de ocio.
—¿Qué tanto se ha recuperado la demanda por oficinas de clase A?
Nosotros hablamos mucho con nuestros arrendatarios y ya la mayoría tienen un formato de presencialidad. Los que se quedaron en 100% son la excepción más que la regla. Diría que el promedio está entre tres y cuatro días [de presencialidad a la semana], pero sí requieren que venga el grueso de los empleados.
El negocio de oficinas tuvo dos años de absorción negativa, es decir, se devolvían más metros cuadrados de los que se colocaban. Esa tendencia se rompió en el último trimestre cuando pasamos a tener una absorción positiva, una absorción positiva baja, porque hay poca gente comprando oficinas, pero sí hay. Entonces nosotros estamos proyectando terminar el año con una vacancia en torno del 11% o 13% y el mercado estimamos que va a estar en torno del 20%. Todavía es una vacancia alta, hay un camino largo por recorrer, pero sí creemos que esta tendencia de absorción positiva llegó para quedarse y creemos que lentamente vamos a volver a los niveles de vacancia previos a la pandemia.
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—¿Cómo lograron flexibilidad en las oficinas de clase A?
Nuestros clientes nos pidieron más flexibilidad. Antiguamente cuando tú querías devolver una oficina debías devolverla como te la entregaron: sacar todo. Eso tenía un costo. Después la persona que llegaba tenía que habilitarla. Después de la pandemia hay que aceptar que nos devolviesen con muebles, con mobiliario, porque creíamos que había un mercado que buscaba que la oficina esté habilitada. Eso es parte de la flexibilidad. Con esta propuesta nosotros logramos que personas pudiesen entrar a oficinas con una inversión mínima, tomar un riesgo.
También hemos decidido desarrollar un modelo de espacio flexible, lo que se denomina como coworking. Estamos trabajando en destinar 4 mil metros cuadrados de nuestra torre sobre Plaza Begonias para tener un formato donde la gente pueda tomar desde un puesto de trabajo hasta un piso completo en un periodo corto o largo.
—¿En cuánto tiempo estará listo?
Nosotros tenemos un proyecto comprensivo en todo lo que es Begonias que incluye este destino, un bulevar gastronómico, y sobre esto estarán estos dos pisos de coworking. Estimamos que estará listo a fines del 2023.
—¿Cuánto es la inversión?
La inversión es US$13 millones. Tenemos una inversión adicional destinada a lo que es la inversión de coworking.
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—¿Hacia el lado hotelero tendrán otras inversiones?
No estamos desarrollando hoteles nuevos de momento. Estamos analizando el mercado, se viene un escenario macroeconómico difícil en 2023. Lo que sí estamos invirtiendo es en nuestro activo existente, estamos invirtiendo cerca de US$15 millones en el hotel Marriott. El año pasado renovamos todas las áreas públicas y este año estamos haciendo una remodelación total de todas las habitaciones.
—Esto demuestra que la demanda está acompañando.
Estamos siendo cautos. Tuvimos un mejor año que el que pensamos, pero todavía tenemos camino por recorrer y tenemos temores por el escenario macroeconómico del Perú y del mundo. Entonces estamos cautos, pero optimistas.
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