El aplazamiento de Tía María por tiempo indefinido –cinco años, según el Gobierno– motiva que Southern Copper dirija su mirada a otras iniciativas para no aminorar su crecimiento.
Es el caso de la ampliación de la mina Cuajone (Moquegua), proyecto que será sometido a la aprobación del directorio de la minera mexicana en los próximos días.
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“El directorio debe aprobar la ampliación [antes de que finalice] este mes de enero”, refiere Javier Salazar, gerente de la unidad minera.
PROYECTO DE AMPLIACIÓN
De acuerdo con el funcionario, existe una alta probabilidad de que el proyecto obtenga luz verde, pues cuenta con “mucho mineral” para explotar, en una locación socioambientalmente segura: la misma huella de operaciones de Cuajone, mina que registra 44 años de producción continua.
“El proyecto se sustenta en las reservas de casi 2.000 millones de toneladas de mineral (suficientes para otros 60 años de explotación) que constituyen un volumen bastante significativo”, apunta Salazar.
La ley de mineral de la unidad minera, sin embargo, sí está disminuyendo apreciablemente. Y esto es lo que motiva el proyecto de ampliación.
“Cuajone produce actualmente 160 mil toneladas de cobre fino, pero a partir del 2020 o 2023 su ley de mineral caerá significativamente. Esa caída la queremos contrarrestar con el incremento en la capacidad de procesamiento”, señala el funcionario.
Para ello, Southern planea expandir la capacidad de la planta concentradora de Cuajone, de 85 mil a 120 mil toneladas de mineral por día.
Según Salazar, este esfuerzo requerirá una inversión aproximada de US$600 millones (cifra preliminar).
“Si la ampliación obtiene luz verde, el primer paso será desarrollar el estudio de factibilidad, que demandaría un año. Pero el gran reto será desarrollar y aprobar el EIA, que podría demorar dos años”, estima.
En su opinión, el desarrollo y construcción del proyecto podría tomar hasta tres o cuatro años.
VEHÍCULOS AUTÓNOMOS
El último proyecto de inversión ejecutado en Cuajone fue la modernización de su sistema de transporte de mineral (US$230 millones) que significó la sustitución de los antiquísimos vagones de ferrocarril por una faja transportadora.
Ahora, la unidad minera da un paso más hacia la modernidad con la automatización de su flota de vehículos mineros, empezando con cuatro volquetes.
“Cuajone será la mina piloto de Southern donde iniciaremos este proyecto”, señala Salazar.
A ese fin, la minera mexicana traerá este año dos volquetes autónomos (que no necesitan conductor) de 400 toneladas de capacidad, a los que se sumarán otros dos que serán transformados.
A ellos seguirán otros más, hasta completar seis o siete en los próximos dos años.
De acuerdo a Salazar, la experiencia que se obtendrá en Cuajone servirá a otras minas de Southern, como Toquepala (Tacna) y también Tía María, cuando esta se construya.
“En Tía María será de mucha utilidad, porque allí hay mucha neblina y los vehículos autónomos mejorarán la seguridad”, apunta.
Las declaraciones de Javier Salazar fueron vertidas como parte de la Semana de Ingeniería de Minas 2020, organizada por el Colegio de Ingenieros del Perú.