La semana pasada no fue fácil para el Gobierno, y antes de todo lo sucedido con el allanamiento de la vivienda de la presidenta Boluarte, el Minem estuvo en ojo de la tormenta. Tuvimos novedades en el plano político y operativo de este sector.
En el primero, el titular del sector, Rómulo Mucho, atendió un pliego interpelatorio en el Congreso, donde respondió preguntas que aludían a un posible conflicto de interés entre la empresa Pevoex Contratistas (de la cual es fundador) y la minera Southern Perú. Adicionalmente, la Procuraduría General del Estado solicitó hace exactamente una semana el inicio de diligencias preliminares contra Mucho, por el presunto delito de negociación incompatible.
En el plano operativo, se han tomado decisiones en el sector que no pueden pasar desapercibidas y el ministro ha brindado alcances sobre el destino de Petro-Perú y la refinería de Talara. La semana pasada se designó -finalmente- a una viceministra de Hidrocarburos, a un viceministro de Electricidad y a un nuevo presidente de PeruPetro. Causa grata sorpresa que los tres cambios que se hicieron esperar (y bastante) durante la gestión del ministro Vera hayan ocurrido al mismo tiempo. Era cuestión de voluntad. Resalta también que el último miércoles en conversación con El Comercio, Mucho no descartara la posibilidad de otorgar un nuevo rescate a Petro-Perú. Según explicó, los montos que se dieron en extensión y garantías no alcanzan y la deuda sigue siendo abultada. Recordemos que todo está en manos del nuevo directorio de la petrolera, que deberá presentar pronto un primer informe y realizar recomendaciones. Mucho ha adelantado que Petro-Perú regresaría al Fonafe, algo que más de un especialista ha mencionado en el pasado. Sobre la refinería de Talara, aunque aún no la ha visitado y aseguró que se ha pagado mucho por ella, el titular del Minem la calificó de “joya” y dijo que cuando comience a producir con una buena gobernanza y gerencia, dará utilidades.
¿Se debería otorgar un nuevo rescate? ¿Es la refinería realmente una “joya”? Uno puede estar en contra o a favor de las decisiones que se tienen por delante y que probablemente generarán intercambios de ideas, pero si hay algo que contrasta respecto a la gestión anterior es que se percibe una mayor transparencia. Es vital en esta nueva etapa para el Minem que la parte política se discuta e investigue con celeridad, y que la parte operativa se desarrolle a plena luz del día, conviviendo con la opinión pública. Para terminar de recuperar la confianza en este sector se requiere que los involucrados directos eviten a toda costa los gallos, la medianoche y la poca transparencia.