El Ministerio de Energía y Minas (Minem) ha publicado este mes la actualización de su cartera de proyectos de construcción de minas, y consta de 48 proyectos e inversiones por un monto consolidado de US$57.772 millones. La versión anterior databa de octubre del año pasado y llegaba a US$59.134 millones.
Aunque el número total de proyectos no ha cambiado, debe notarse que los proyectos incorporados en el último año son significativamente menores que los previamente existentes y que los que han salido de la cartera por haber sido puestos en marcha.
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Estos nuevos proyectos son Ayawilca (zinc, plomo y plata en Pasco), Optimización Inmaculada (oro y plata en Ayacucho) y Shalipayco (zinc, plomo y plata en Junín). Los tres tienen una magnitud promedio de inversión de US$163 millones, mientras que en la cartera total, el tamaño promedio por proyecto es de US$1.204 millones.
Este monto es similar al de los siete proyectos que se encuentran actualmente en fase de construcción (US$1.286 millones). Asimismo, los proyectos que se están construyendo comparten con los que actualmente están en fase de producción, el hecho de que están focalizados en cobre.
CONCENTRACIÓNCuando analizamos la producción minera desde una perspectiva regional, encontramos que en los últimos años ha aumentado la concentración, pues los cinco departamentos que concentran la mayor parte de la producción generan el 55,4% del total nacional, mientras que diez años atrás representaban el 50%.
Asimismo, las cinco regiones con un menor aporte (que en la actualidad son Ucayali, Tumbes, Amazonas, San Martín y Lambayeque) solo registran 1,1% de la minería nacional, mientras que en el 2008 registraban 1,4%.
Es de destacar, en estos últimos diez años, el repunte de la producción minera en Apurímac, que pasó de ser una de las regiones con menor aporte a la producción nacional, a una de las que registra mayor actividad minera.
Junín también pasó al top 5 nacional, reflejando –como en el caso de Apurímac– la continuamente creciente importancia del cobre, y de la minería metálica en general, en la producción minera.
Lo contrario ha pasado con la producción de hidrocarburos, lo que se tradujo en que la participación de Loreto –región cuya producción descansa en el petróleo– en la minería nacional ha decrecido en los últimos diez años de 6,8% a 1,2%.
En esa línea, Ucayali –también orientada a la producción de hidrocarburos– ha visto decrecer en los últimos años su participación en la producción minera nacional de 0,7% a 0,4%.
Por su parte, Arequipa, Áncash y Cusco se mantienen como las tres regiones que registran la mayor parte de la minería nacional (40,8%), aunque con una reducción de la participación de Áncash, lo que refleja la escasa nueva inversión que ha recibido dicha región en los años recientes.
De esta manera, la inversión que está llevándose a cabo en Ica, en el marco del proyecto Mina Justa, podría llevar a una recomposición de la producción nacional de cobre, que se notaría con mayor nitidez a partir del 2021, año en el que ya podría alcanzar su capacidad plena de producción.
APORTES REGIONALESEn cuanto a la importancia de la minería a nivel departamental, las regiones en las que esta actividad contribuye más a la producción total son Apurímac (en la que genera 56,6% del valor bruto de la producción), Pasco (47,3%) y Madre de Dios (36,3%).
La minería llegó a emplear en el 2015 a 213.632 personas de manera directa, pero al año siguiente a solo 188.677, recuperándose parcialmente desde entonces.
Aunque a nivel nacional, la minería actualmente solo genera alrededor de 200.000 empleos –superando apenas el 1% de la ocupación–, de los cuales alrededor de la mitad son formales, este sector tiene un alto impacto en la generación de empleo en regiones como Moquegua y Pasco, en las que representaba al cierre del 2018 hasta 11,2% y 8,5% de la ocupación total, respectivamente.
Además, considerando que, según estimaciones del Minem realizadas en el 2018, por cada empleo directo la minería genera otros 6,25, en dichos departamentos, la presencia de la minería explica hasta 81,4% y 61,8% de los empleos totales. Sin embargo, resultan ser regiones relativamente pequeñas y, en conjunto, se trata de menos de 26.000 puestos de trabajo generados directamente por la minería.
En contraste, Arequipa explica 30.753 empleos directos (15% del empleo generado por el sector a nivel nacional) y hasta 192.206 adicionales de manera indirecta. Otras regiones en las que la minería genera un relativamente alto número de puestos de trabajo son Junín (19.487) y La Libertad (16.915), a pesar de la caída en la producción.