Durante el primer día de la CADE Ejecutivos 2022, Juan Fernando Correa, gerente país del Grupo Falabella, participó del panel “El Perú en emergencia”, donde se hizo hincapié en un llamado a la acción para afrontar los desafíos políticos, económicos y sociales desde el rol ciudadano. En este bloque participaron, además, Nuria Esparch, experta en políticas públicas y gerente senior de Relaciones Institucionales de Southern Perú; y Carmen Mc Evoy, presidenta del Consejo Directivo de Proética.
Precisamente, desde el punto de vista de Correa, se requiere crear nuevas relaciones entre la sociedad y el empresariado con el fin de proporcionar atención a las necesidades de los ciudadanos a escala nacional, como educación, salud, alimentación, entre otras. Así también, el ejecutivo dio a conocer el foco que colocará el Grupo Falabella en transformación digital y sus expectativas para el próximo año.
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—Carmen Mc Evoy comentaba que es importante no establecer relaciones perversas con el Estado.
El panel fue muy interesante, sobre todo, porque hemos planteado la necesidad de ver el futuro de manera positiva, pero también [redefiniéndolo]. Debemos pensar en entrar en un nuevo ciclo de país, donde cambiemos las relaciones de la sociedad porque hoy día tenemos mucha desconfianza. También, Carmen se refería a que, en esta creación de este nuevo ciclo, donde actuemos de manera distinta, tengamos la consciencia, sobre todo desde el empresariado, que las relaciones con el Estado deben ser transparentes y no perversas. Eso es absolutamente fundamental. El sector privado-formal hoy día lo tiene muy claro. La pregunta que sigue estando vigente es, ¿cuáles son los pasos que vamos a tomar para generar este nuevo ciclo? Lo que hemos planteado en el panel es que veamos las cosas con optimismo, que veamos un país renacer y que pensemos en generar este nuevo ciclo acercándonos a la necesidad de las personas.
—Comentaba usted también que no regresaría a los hechos del pasado. ¿Esto significa desmantelar lo que tenemos actualmente para replantearlo?
Significa crear nuevas relaciones, sobre todo con la sociedad, con las personas. Por ejemplo, buscar que el empresariado y la sociedad civil reaccionen para atender las necesidades de ciudadanos que están con problemas que no deberían existir en nuestro país. Pusimos algunos casos: seguridad ciudadana, anemia, tuberculosis... Son casos en donde, si nos unimos, el sector privado puede tener un impacto. Por ejemplo, vía Obras por Impuestos. Nos juntamos 100 empresas y ponemos seguridad ciudadana en las 10 ciudades más grandes del país. ¿Por qué no lo hacemos? Hagámoslo. Al ver que hay esta determinación del sector privado, de tomar acciones en conjunto para mejorar la vida de las personas, las relaciones con el Estado van a cambiar.
—En el panel también se comentó que la economía y la política no deben ir por cuerdas separadas. Y justamente, lo que estamos viviendo, según lo que se dialogó, es la consecuencia de ello.
Yo entiendo que, para las empresas –y también lo digo como cabeza de un grupo–, es muy complejo entrar a temas políticos porque la política siempre está asociada a temas ideológicos o de discusiones de poder. Son aspectos que, si una empresa participa ahí, inmediatamente va a tener dificultades con todo su entorno. [...] No es que la empresa se meta en política, sino que actúe en la sociedad de una manera que intervenga positivamente en la vida de las personas.
—Pese a la afectación observada en la inversión por el factor político, el Grupo Falabella continúa con sus planes en marcha.
Mis comentarios en el panel han sido desde una perspectiva nacional. En el caso de nosotros, estamos invirtiendo mucho en tecnología pensando en un ciudadano que está cambiando su forma de vida y sus hábitos. Estamos acompañando ese cambio con estrategias más digitales de las que teníamos antes. Igual las tiendas siguen, pero las estrategias digitales van a ser un factor preponderante en el futuro y en este momento, estamos enfocados en esa transición.
—¿Esta transición podría representar un mayor porcentaje de su operación?
Es difícil predecir porque depende mucho de las categorías de producto. [...] Hay todo un escalón y hay algunas categorías que se están digitalizando más. Ese proceso hace que se mueva el consumo, pero la experiencia física sigue siendo importantísima y necesaria.
—Tenían planeado abrir, además, dos nuevos centros de transferencia.
Efectivamente. [...] El centro de transferencia es un lugar físico, un pequeño almacén se podría decir, en distintas ciudades del país donde se reciben los productos que van a entrega a domicilio. El centro de transferencia acelera el despacho. Antes de la pandemia, la expectativa era que el producto llegue a la semana. Hoy, es en 24 horas.
—En estos años, ¿qué región viene creciendo con mayor fuerza?
Toda la franja costera es [de] más rápido [crecimiento]. Ir a la sierra y selva demora más; pero igual estamos comprometidos en tratar de ser los más rápidos.
—¿El ritmo de crecimiento de falabella.com es saludable?
Falabella.com ha incorporado las páginas de Falabella retail, Sodimac, Tottus y Linio. En algún tiempo más esas páginas dejarán de ser independientes y estarán bajo falabella.com. Además, tenemos 2.000 empresas que venden a través de nuestra página y queremos llegar a más de 3.000 el próximo año. Eso genera que haya crecimiento, más tráfico y una experiencia del cliente mejor.
—¿Podríamos esperar un crecimiento a doble dígito para el próximo año?
Yo creo que sí porque va a haber crecimiento no solo de nuestras marcas, sino de productos de terceros. Además, hay un tema bien interesante. Estamos poniéndole competencia a nuestras propias marcas. [Una persona] ingresa a falabella.com y le aparecen los televisores de Saga o Sodimac, pero también de otras empresas. Le estamos poniendo competencia y eso va a hacer que la página sea atractiva e interesante.