Hay disposición, pero aún se debe continuar trabajando en la confianza mutua entre el sector público y el privado. Y para eso, es fundamental que ambos continúen conociéndose. Esta es la sensación que dejó CADE Ejecutivos 2023, realizado en Urubamba la semana pasada.
En ese sentido, es necesario que los puntos de encuentro permitan viabilizar pronto las iniciativas que se reconocen como positivas, por mencionar algunas, la ventanilla única digital para la minería, los servicios por impuestos, la viabilización de Chavimochic, la ampliación del Impulso MyPerú, el fortalecimiento de MiVivienda, la creación del hub portuario.
La inspiración existe, decía Pablo Picasso, pero tiene que encontrarte trabajando. La misma lógica se aplica a la generación de confianza, porque nuestra realidad así lo amerita. Para creer hay que poner manos a la obra de forma real para empezar a concretar todos los planes declarados.
Necesitamos convencernos de que trabajamos a contrareloj para alcanzar el crecimiento extra que necesitamos.
El primer trimestre, de acuerdo al Ministerio de Economía y Finanzas, comenzará a dibujar la senda de crecimiento. El segundo, en cambio, será más retador, pues deberá enfrentar las consecuencias del Fenómeno de El Niño. No podemos darnos el lujo de restarle nada adicional al 2024, porque es nuestra salida más certera al ‘stand by’ actual.
Sí necesitamos volver a creer para volver a crecer. Pero debemos sumar inmediatez a esa construcción. Como resalta el economista Elmer Cuba, en el pasado hemos sabido crecer, a secas, a veces por golpes de suerte internacional y otras por buenas prácticas estatales y privadas. Ya que esa no es la situación que tenemos hoy, creer se vuelve fundamental para poder maximizar lo que naturalmente –si nada nos sorprende– sucedería en el 2024. El rebote de 2% el próximo año se dará por pura inercia, la base del 2023 es muy baja. Lo que tenemos que procurar es que el 2024 nos encuentre trabajando.