En la última década, las mujeres hemos logrado conquistar posiciones que antes estaban “reservadas” solo para hombres. Cada día es más común vernos en posiciones directivas compartiendo con pares del otro género el liderazgo, tanto en empresas públicas y privadas. Pero aún, pese a este nuevo escenario, vemos que queda un gran camino que recorrer.
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Desde una perspectiva global, ha tenido lugar un incremento porcentual de mujeres en posiciones de liderazgo. Pero paradójicamente al mismo tiempo, como ningún país tiene aún una política que apoye la igualdad entre hombres y mujeres, todavía ocupamos una pequeña fracción de las posiciones altas en la mayoría de los sectores económicos.
El crecimiento profesional de las mujeres tiene un impacto directo en el ingreso promedio por hogar (sin importar cómo se encuentre constituido). El impacto se deriva del crecimiento mismo de la mujer hacia posiciones que antes no estaban a su alcance, y a su vez desde los emprendimientos, donde muchas mujeres están siendo exitosas, rompiendo barreras y generando empleo e ingresos a través de sus propias empresas.
Hemos roto estereotipos y hemos demostrado la capacidad que tenemos para llevar adelante un liderazgo asertivo, sobre todo con los cambios acelerados que se han dado en la sociedad producto de la penetración de la tecnología. En la era de la transformación digital, el liderazgo juega un rol clave, como motor que permite impulsar la incorporación de la tecnología para mejorar la experiencia tanto de nuestros consumidores como de nuestro equipo de trabajo. Se trata de “crear experiencias memorables” y la tecnología hoy nos permite innovar y crear diferentes formas de relacionarnos con nuestro entorno.
La transformación digital necesita mujeres. Así como nunca aprobé la “supremacía” masculina en oportunidades, tampoco creo en la “surpemacía” femenina. Me inclino más por la igualdad de oportunidades y considero que debemos buscar que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de crecer, ocupar posiciones directivas y ser líderes de empresas. Creo en el liderazgo participativo y disruptivo. Considero que la posibilidad de tomar decisiones ayuda a abrir las puertas a la innovación constante para el logro de objetivos y fomentar el desarrollo de los equipos, inspirando hacia la superación tanto profesional como personal. Según algunas teorías, consideran que las mujeres ejercen un liderazgo que responde mejor a las necesidades de la nueva dinámica social y económica por ser más solidario, flexible, cooperativo, participativo.
El sector tecnológico nos plantea múltiples desafíos, entre ellos el trabajo por la igualdad y el desarrollo de nuevos perfiles. Parte estará en la formación educativa de la nueva generación de mujeres en carreras que antes estaban “reservadas solo para hombres”, y parte radica en una reflexión constante junto con nuestra construcción diaria de espacios que permitan el desarrollo profesional sin distinciones de ninguna índole, donde la tecnología como herramienta nos permite acortar brechas.
Internet y las nuevas tecnologías seguirán siendo un motor de transformación y oportunidades. La invitación es continuar trabajando y aportando desde nuestro rol de líderes a construir equipos con mayor diversidad para el logro de objetivos comunes y una mejora en las condiciones de vida de las mujeres.