Desde chico supe que mi destino era trabajar en publicidad. Crecí mirando y admirando a mi padre que fue director creativo de varias agencias en Perú, Venezuela, Colombia, y finalmente Puerto Rico.
Creo que una de las carácterísticas que heredé de él fue la pasión por la publicidad. No era un trabajo. Era parte de su vida, más allá de las horas de oficina, inclusive cuando llegaba a casa. Y como buen creativo tenía un listado de frases que siempre repetía como una forma de espacir sus convicciones y también su humor.
Como buen publicista clásico de la generación “Mad Men”, sus frases eran como ‘slogans’ que se repetían a modo de pauta de medios. “Aquí se compra lo que nos da de comer”, para referirse a que en la casa estaban las marcas que él manejaba. “Un escritorio ordenado es una señal de una mente vacía”, para justificar el desorden caótico de su oficina. Una de sus frases más célebres la usaba cuando quería pedirte que le trajeras algo porque no quería levantarse: la clásica “tú que estás vestido, ¿ me alcanzas eso?” Esa frase traspasó generaciones en la familia Goachet, a tal punto que una de sus nietas, Ana Camila, se hizo un tatuaje con esa frase tan célebre de Abu Beto.
Hay veces que recuerdo el tatuaje de mi sobrina y pienso: si me hiciera uno, ¿con qué frase sería? Hay 2 o 3 que tengo en mi lista, pero hay una en particular que siempre me inspira.
Cuando le preguntaba sobre como nacían las ideas, me decía: “la creatividad es 20% inspiración y 80% transpiración”. El mensaje detrás es que las grandes ideas requieren mucho trabajo y esfuerzo y no son simplemente un chispazo.
Luego de más de 30 años en esta fascinante industria no puedo estar más de acuerdo. Sin embargo, también creo que sin ese 20% de inspiración ese 80% de trabajo duro responde a un simple encargo, y por ende, el resultado va a ser cumplidor, estándar, correcto.
Cuando el punto de partida tiene una carga de motivación frente a un objetivo que intimida, un entusiasmo confiado en que es todo es posible,, se dispara la creatividad, la innovación, la resilencia, la perseverancia, y se potencia el talento.
Dos ejemplos contundentes de inspiración que he vivido esta semana:
- Intercorp es el grupo de retail más importante del Perú, con marcas como Plaza Vea, Promart, Oechsle, e Inkafarma, entre otras. Parte central de su ADN es la innovación. Y para inspirar a sus miles de colaboradores en todo el país, todos los años tienen un evento llamado el Innovation Fest, al que traen a los mejores ‘speakers’ del mundo para abrirles la mente y potenciar su talento. Yo fui de invitado y salí cargado de ideas que no tenía en mi radar. Multipliquen eso por miles y miles.
- Nuestro cliente Gloria vino a la agencia a pasarnos un ‘brief’ para una campaña pero nos pidió unos minutos el directrorio antes de que entre todo el equipo de estrategia y creatividad. Cuando finalmente entramos, la sala estaba llena de luces y detalles alusivos a la campaña a trabajar. Usualmente en estas reuniones se presenta el encargo a la agencia de manera informativa y fría. En este caso, lo inspirador fue compartir una misión ambiciosa para lograrla juntos, inédita en la historia de los más de 80 años de la compañía. La efervecencia en ese directorio era alucinante.
Ese es el poder de la inspiración. La diferencia entre cumplir y brillar. Entre un encargo y un sueño en común. La diferencia entre la mediocridad y la excelencia.
¿Ese 20% de inspiración lo estás haciendo? ¿No te estarás conformando con el 80% de transpiración?