En mi opinión, nuestra jornada de aprendizaje nunca termina en la vida y solo dejamos de aprender cuando morimos. Una de las lecciones más importantes que he aprendido en mi vida ha sido el apreciar y agradecer por cada cosa que me pasa, sin distinguir si son eventos buenos o malos, porque he concluido que soy la suma de todas mis vivencias.
Cada evento en mi vida ha influido de una u otra manera en quién soy y claramente han sido los momentos más difíciles, los que podrían verse como negativos, los que más me han definido como persona. Hitos como el divorcio de mis padres que me ayudaron a encontrar mi propósito de generar unidad para progresar juntos, o la expulsión de mi colegio por rebeldía que me dio la determinación y el compromiso para entrar a la primera a la universidad y lograr con el tiempo una carrera profesional internacional exitosa.
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Hoy me encuentro cerrando un ciclo de un año y diez meses en el Grupo El Comercio y solo tengo palabras de agradecimiento por todo lo aprendido, lo avanzado y lo logrado. Siento que esta es una institución muy importante para el país, fiel a sus valores y principios de objetividad, independencia, que ha luchado consistentemente contra la dictadura, la corrupción y el terror, y que es y ha sido, sin ser perfecta o infalible, defensora de la democracia y los derechos de las personas. Me voy con la tranquilidad de que dejo un mejor El Comercio, una estrategia clara ejecutándose y un equipo humano capaz e íntegro. Solo doy gracias a la familia Miró Quesada y a los equipos de cada una de las empresas del grupo por darlo todo. Tengo plena confianza en que vienen tiempos mejores tanto para el Grupo El Comercio como para mí y estoy atento a esa jugada. Como dice el proverbio anónimo: “El pájaro posado sobre la rama, no tiene miedo de que la rama se rompa, pues su confianza no está puesta en la rama sino en sus alas”.
Hoy estoy con fiebre y malestar. Me siento como si me hubieran pegado con palo. Esto ha prevenido que salga junto con mi familia, pero lo he tomado con la actitud de siempre, de que todo pasa por algo, y que si estoy atento a la jugada podré sacarle provecho a esta situación: al menos en estos 3 días en casa, he avanzado el libro que estoy releyendo, he progresado en mi curso online de Design Thinking de Emeritus y MIT, y he podido meditar más y sudar el virus en un ambiente cómodo, además sigo sin hambre y creo que perderé un par de kilos.
Quiero compartir con ustedes un párrafo de Charles Swindoll que resume la importancia de la actitud en la vida: “Cuanto más vivo, más me doy cuenta del impacto de la actitud en la vida. La actitud, para mí, es más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos y los éxitos, que lo que otras personas piensan, dicen o hacen. Es más importante que la apariencia, las capacidades o el talento. Hará o quebrará una empresa, una iglesia… un hogar. Lo notable es que tenemos una elección todos los días con respecto a la actitud que adoptaremos para ese día. No podemos cambiar el pasado, no podemos cambiar lo inevitable. Lo único que podemos hacer es jugar con la única carta que tenemos, y esa es nuestra actitud. Estoy convencido de que la vida es 10% lo que me pasa y 90% cómo reacciono a ello”.
En este 2019… “¡Seamos el cambio que queremos ver en el Perú y el mundo!”. 
*Esta frase la acuñó la agencia Pico Adworks de México en el desarrollo de la campana Share Yourself de Buchanans durante mi gestión como gerente general del 2007 al 2013.