Seguro han oído hablar con mucha pompa del consumo colaborativo como una tendencia que viene ganando fuerza en Europa. Se trata de formas de comprar o tomar servicios en forma comunitaria para ahorrar costos. ¿No les suena conocido? Bueno, es algo relativamente nuevo en el popular mundo de los smartphone, pero en realidad, en el mundo offline, es una práctica muy común y tan antigua como pudiéramos imaginarlo.Follow @PortafolioECpe!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El ejemplo más clásico de lo que sería un consumo colaborativo recae en los taxis colectivos. Pero con la Internet las cosas avanzan a un siguiente estadio, según un informe de MasterCard.
Sigue a Portafolio también en Facebook
¿Cómo entra Internet a jugar en esta modalidad? Bueno, simplemente se está trasladando este concepto de compartir gastos en vivo y directo para convertirlo en algo a lo que se puede acceder desde un aplicativo que funciona en Internet y puede descargar en su móvil. A continuación les presentamos cinco alternativas reseñadas en un informe de MasterCard que están de moda en Europa y también pueden tener un desarrollo viable en nuestras latitudes.
1. Auto compartido
Para evitar los riesgos de viajar con desconocidos, pero ahorrar en los gastos de transporte en rutas fijas, ya sea ir al trabajo, la universidad o el colegio, uno puede ayudarse de la tecnología para organizarse con compañeros que vivan relativamente cerca y viajar juntos. Existe varias aplicaciones, entre las que destacan como mas conocidas carpooling.com o blablacar.com. Los ejecutivos de MasterCard recomiendan utilizar esta modalidad como una forma de ahorrar en el gasto de combustible, pues en lugar de tener cinco autos circulando ese día y gastando cada uno su propia gasolina, se pueden turnar cada semana para que uno maneje. La aplicación facilita el manejo de estos grupos.
Según el diario El País, el uso compartido del automóvil que ofrece Carpooling que va mas allá de compartir el auto propio con los vecinos, pues también permite encontrar gente desconocida para compartir el viaje que usa la aplicación, pues se ofrece el viaje y se espera que alguien se sume a la propuesta.
Hay más de 1.3 millones de personas al mes entre más de 40 países que usan la aplicación. Y otros miles más que alquilan autos a compañías, ya no a usuarios particulares, para hacer estos viajes compartidos y hasta comparten el alquiler del espacio de estacionamiento.
2. Trueque de productos
En casa aveces hay objetos que no usamos y podemos rentabilizar si lo vendemos como un producto de segunda en Mercadolibre, pero también podemos optar por la opción de intercambiarlo por otro objeto que necesitamos. La buena nueva es que existen aplicaciones que reúnen a los interesados en estos trueques de productos y, porque no, servicios. En MasterCard nos recomiendan wallapop.com o theyumers.com para intercambiar objetos y helpinapp.net si hablamos de intercambiar habilidades.
3. Oficina común
Conocido como “coworking”, el trabajo colaborativo es una de las modalidades que más acogida tiene. Se trata de alquilar un espacio en la oficina para que otra persona, de otra empresa, trabaje. Uno le ofrece el espacio o el escritorio a cambio de un alquiler. Se puede rentar un espacio en tu casa mediante airbnb.com o couchsurfing.com, pero también se puede compartir espacios del centro de trabajo usando páginas como eworky, spaceBee o eWorky. En España, según El País, estas modalidades han pegado mucho entre starups y podrían ser también positivas en el país.
4. Vacaciones económicas
Cámeron Díaz conoció al amor de su vida - en una película, claro está - sacando provecho a este tipo de portales que ofrecen intercambiar casas o departamentos en diferentes países. Ella vivía en Hollywood y quería pasar una semana tranquila en Londres y ofreció intercambiar casa con alguien de allá. Esto es posible en la vida real. Tenemos por ejemplo Knok, una comunidad en donde los usuarios intercambian sus casas en tiempo de vacaciones. Pero no es la única forma.
También puedes alquilar las propiedades que no estás usando (tu casa de playa por ejemplo) o parte de tu residencia para turistas, lo cual es mucho más económico que alquilar una habitación en un hotel. Portales para ello existen varios, desde las aplicaciones respaldadas por grandes agencias internacionales de turismo, hasta otras de pequeños empresarios independientes. Uno de los más conocidos es Airbnb.
5. Más barato por docena
Sí, esa es otra película que también se aplica a la vida real. En la cinta no vemos compras online, pero el concepto está presente: si compras en grandes volúmenes las posibilidades de gastar menos se reducen sustancialmente. Es por eso que en una casa es casi lo mismo que hayan 11 o 13 niños en términos del menú, porque todas las compras son en grandes cantidades. En la mayoría de familias son muchos menos miembros, pero se puede lograr grandes ahorros si se comparten gastos de compras entre varias familias. Internet nos ofrece algunas alternativas interesantes, sobre todo para productos como artículos de limpieza o algunos alimentos básicos, como el arroz.
Se puede usar la aplicación para iPhone Comparame para comparar las ofertas que existen en distintas tiendas y calcular si el precio unitario ofrecido por un lugar es mas atractivo que otro. También se puede buscar ofertas especiales con DealMap, aplicación gratuita que te ayuda a buscar promociones especiales cerca de donde estás ubicada. Y si volamos alto, podemos usar bag app la cual te permite hacer pedidos al por mayor nada menos que en China.
Solo nos faltaría que algún innovador local se anime por desarrollar y ofrecer una aplicación similar pero diseñada pensando solo en los comercios locales.