Las zonas de Lima con mayor movimiento comercial, financiero y político no son las que gozan de un mejor nivel de conectividad móvil ni de calidad de servicio ni de simplificación burocrática.
Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Así lo revela el ránking de conectividad elaborado por Osiptel, en el que se destacó que son las zonas de baja densidad poblacional y poca actividad comercial como Pucusana, Breña, Lurigancho, Puente Piedra y Chaclacayo las que obtienen los puntajes más altos.
Sigue a Portafolio también en Facebook
Según el Osiptel, San Isidro, Surco, Cercado de Lima y Miraflores son los distritos que tienen más antenas montadas (133, 159, 120 y 89) y poseen un nivel alto de usuarios de redes 3G y 4G activos en horas laborales gracias a la intensidad comercial; sin embargo, en el ránking presentado ayer se encuentran bastante rezagados. Incluso, el Cercado de Lima se ubica en el antepenúltimo puesto.
Gonzalo Ruiz Díaz, presidente de Osiptel, explicó que el índice mide el equilibrio entre la oferta y la demanda, lo cual está influenciado por muchos factores, tales como la cantidad de población que visita el distrito en horas pico (no residentes), la extensión del distrito, el tipo de construcciones (edificios altos o bajos), la geografía de la zona, el tipo de antena y su calidad, etc. “Si la demanda es mayor que la infraestructura montada, esto repercute en la calidad, pero no es una relación matemática porque no se puede homogeneizar, por eso hay distritos con muchas antenas pero mala calidad”, detalló.
“Antes solo se pensaba en la oferta para medir la calidad, pero hace un año cambiaron las reglas y ahora se miden la demanda, la intensidad de la señal, la concreción y finalización de comunicaciones, etc. Se mide la cobertura, no la cantidad de antenas”, añadió Carlos Huamán, director de DN Consultores.
DÉFICIT LATENTE En Lima, según datos proporcionados por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), existen 3.583 estaciones base móviles, casi la tercera parte del total país (10.000), pero esto es insuficiente para los 10 millones de habitantes que posee. En Londres, cuentan con casi el mismo número de habitantes, pero poseen diez veces más antenas (30.000).
Para contrarrestar esta situación y poder al menos triplicar el volumen de infraestructura, el MTC ha publicado un reglamento que uniformiza un proceso que, según Osiptel, antes tenía unas 1.800 versiones, una por cada tipo de exigencia municipal existente.
SOLO EL 22% RECHAZA LAS ANTENAS Los alcaldes municipales han reiterado, en diferentes oportunidades, que no otorgan las autorizaciones porque la población de su distrito se opone debido al temor a posibles efectos nocivos en la salud. Esto sería una variable que solo se cumple en algunos estratos.
Una encuesta realizada este mes por Ipsos para El Comercio reveló que, si bien hay un alto nivel de insatisfacción con el servicio (37% descontento), solo el 22% de limeños rechaza el despliegue de más infraestructura por temor a contraer cáncer. El 25% difiere y considera que no existe ningún riesgo de padecer esa enfermedad y un 46% considera que como no está probada su nocividad, sí se deben instalar más antenas.
El rechazo a las antenas es más fuerte en los niveles socioeconómicos D (26%) y E (35%) y entre poblaciones que superan los 40 años (27%).