La piratería es un mal largamente arraigado en la sociedad peruana, que con la pandemia ha afectado directamente a las industrias culturales y creativas. Si bien durante los últimos años se han realizado algunas modificaciones normativas en materia de derecho de autor, principalmente en cuanto a Sociedades de Gestión Colectiva, poco se ha trabajado contra la piratería digital.
En este contexto actual, la piratería ha encontrado más oportunidades de evadir las leyes. A diferencia de la piratería física, que es la copia ilegal y distribución de CD’s y DVD’s, la piratería digital tiene la capacidad de llegar a un mayor público sin límites geográficos, donde los contenidos más vulnerables son las obras audiovisuales, la música y los videojuegos.
MIRA: La genealogía de la piratería musical y los derechos de autor en Internet, por Pedro Cornejo
La piratería en el mundo online se presenta a través de páginas web que, en muchos casos, están a nombre de personas que no existen o inclusive de terceras personas que no tienen nada que ver con el sitio web. Inclusive, cuando es posible identificarlos, el accionar es difícil, ya que, si bien podemos tener acceso a los contenidos desde Perú, no necesariamente el servidor estaría alojado en territorio nacional.
Por ello, para quienes vulneran los derechos de autor, dedicarse a retransmitir contenidos protegidos por el derecho de autor, resulta un negocio redondo: utilizan el trabajo de terceros, sin pagarles y ganan por la publicidad que se difunde en su web. Los anunciantes no son conscientes que su publicidad termina en una plataforma de piratería digital, ya que encargan a terceros tener presencia en webs de alto flujo de visitas.
La pandemia nos ha enseñado la importancia de los contenidos culturales y creativos, para educar a nuestros niños y niñas de forma virtual, e inclusive para sobrellevar la cuarentena ante la imposibilidad de los espectáculos presenciales. Saltarse el pago por contenidos legales es la esencia de la piratería, que desincentiva la creación y perjudica a los proyectos culturales, especialmente a los independientes.
Según el estudio sobre la “Contribución económica de las industrias basadas en el derecho de autor en el Perú”, publicado por el Indecopi en abril de este año, la totalidad de estas industrias en el 2018 generaron el 4,05% del empleo nacional. Esto es más de 700 mil puestos de trabajo. Además, contribuyeron con más 18 mil millones de soles, que se refleja en el 3,83% del valor agregado nacional.
Es necesario reforzar la capacidad coercitiva del Indecopi para que el infractor no desee reincidir. Asimismo, realizar un trabajo de sensibilización con los anunciantes, para incentivarlos a contratar servicios que garanticen que su publicidad no irá a financiar plataformas piratas.
Nos queda promover el trabajo multisectorial, pero también dar cabida al sector privado, e implementar una hoja de ruta, de tal forma que se involucre en iniciativas tales como fomentar el acceso a la formalidad, brindar capacitaciones para la sostenibilidad de los emprendimientos culturales, etc. Nos toca a todos generar las condiciones para el crecimiento de nuestras industrias culturales y creativas.
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