La alta incertidumbre política y su impacto en las expectativas empresariales ha motivado al Banco Central de Reserva (BCR) a revisar a la baja sus proyecciones de crecimiento para el 2022.
Es así que, para el próximo año, el BCR ahora espera un crecimiento de 3,4%; muy por debajo de lo que estimó en junio pasado (4,5%). Sin embargo, la corrección más fuerte es la observada en la inversión privada.
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Para este indicador, el BCR bajó su proyección de 2,5% a 0%; una variación nula que, según explicó Julio Velarde, presidente del BCR, guarda relación con la perspectiva pesimista del sector empresarial sobre la economía. “Cuando se le pregunta a las empresas si piensan recortar o acelerar sus planes de inversión, son más las que piensan recortarlos. Son más las que ya no piensan contratar”, dijo.
El deterioro de esas expectativas son –en palabras de Velarde– “las peores que se tienen desde el 2009, excluyendo el período del confinamiento”.
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