El desarrollo de las reservas de litio y uranio de Puno ha entrado en una etapa crítica debido al litigio judicial que enfrenta a la minera canadiense Macusani Yellowcake con la estatal Ingemmet por la posesión de 32 de las 151 concesiones que conforman el proyecto.
Ayer, precisamente, Ingemmet puso a disposición del público nueve de dichas 32 concesiones en un acto que congregó a más de 200 personas naturales y jurídicas en la explanada (cochera) de la institución.
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De acuerdo a Ulises Solís, gerente general de Macusani Yellowcake, esta situación ha creado inestabilidad y falta de confianza en las autoridades administrativas peruanas, particularmente, las de Ingemmet.
“Desde la empresa se percibe interés de los inversionistas en el proyecto y la inversión requerida está asegurada, lo que se cuestiona es la falta de confianza en las autoridades o entidades administrativas a cargo”, explicó.
Detalló que, por este motivo, han optado por obrar con cautela e invertir un monto menor en el proyecto.
La canadiense, en efecto, tenía la opción de invertir hasta US$1.000 millones para producir 60 mil toneladas de carbonato de litio al año. En vez de eso, planea invertir ahora US$587 millones para producir 20 mil toneladas.
No obstante, la empresa cree que, superado el problema legal, puede continuar con la exploración gracias al apoyo de las comunidades puneñas.
Su objetivo inmediato es cubicar reservas por primera vez, para lo cual planea perforar 38.000 metros.
A ese fin planea presentar un estudio de impacto ambiental semidetallado (EIAsd), previa obtención de los permisos respectivos con las comunidades campesinas de la zona.
“El plan era convertir los recursos en reservas a fines de este año, pero la pandemia cambió nuestros planes. Pero tengan la seguridad de que antes de julio del 2021 vamos a tener las reservas, y en paralelo daremos inicio al EIA”, precisó Solís.
NO HACE FALTA NORMATIVA PARA URANIO
Solís adelantó que Macusani ha decidido no esperar la normativa para explotar uranio, que prepara el gobierno peruano con apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Por el contrario, planea iniciar la explotación centrándose sólo en las áreas de litio y dejando para más adelante las de uranio. En ese sentido, su objetivo inicial será el proyecto Falchani, donde “hay litio”, indicó Solís.
“La estrategia consiste en explotar el litio para hacer caja. Luego vendrá la legislación para uranio y para entonces tendremos más dinero para comprar los terrenos superficiales donde se encuentra este mineral”, añadió Solís.
Refirió que la empresa aprovechará esa ventana de tiempo para explicar a las comunidades que no habrá contaminación debido a la producción de uranio.