Antes del 14 de setiembre de 1961, cuando se anunció la primera Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), hubiera sido impensable que cerca de 200 ejecutivos de las empresas más importantes del país se reunieran –durante cuatro días– a debatir sobre los caminos hacia el desarrollo.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
“En ese entonces, cada uno estaba en sus sociedades gremiales, pero esa reunión lo cambió todo”, recuerda Carlos Raffo de 85 años, quien por esas fechas era gerente de la fábrica de tejidos Santa Catalina.
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Bajo el lema “Mayor eficiencia y aumento de la producción como claves del progreso económicos y social del país”, la conferencia destacó también por la llegada de Raúl Prebisch, director de Cepal, Robert Menapace, funcionario del BID y la presencia de Pedro Beltrán, primer ministro del gobierno de entonces (Manuel Prado Ugarteche).
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EL INICIOLa idea surgió de un entusiasmado Carlos Mariotti, gerente general de Empresas Eléctricas Asociadas, quien junto a Carlos Vidal, fundador de IPAE, llevaron adelante la cita que se extendió hasta el 18 de setiembre, justamente, en el apacible balneario de Paracas. El escenario perfecto, pues por aquellos tiempos se percibía lejano: había un solo teléfono en el balneario y algunos viajaron hasta en avioneta.
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“Ahí nació el ‘Espíritu CADE’. La idea era que los empresarios se desconecten y se enfoquen en los temas del país. Aunque hay más tecnología, algo de eso se consigue aún”, cuenta Oscar Rivera, presidente del directorio de Asbanc, involucrado en todas las ediciones.
La unión empresarial era uno de los objetivos, así que empezaron por el hospedaje. Todo sucedía en el hotel Paracas (hoy, hotel Libertador) y había que compartir cuartos.
AVANCES Y DEUDASHan transcurrido 53 años y aunque hubo avances, Rivera sostiene que la agenda casi no ha variado. “En temas como educación o diversificación, por ejemplo”, acota.
¿Cuál ha sido la razón? El ejecutivo refiere que en CADE se han hecho compromisos, “pero los que tenían que colaborar eran los ejecutores: gobiernos, y no siempre ha ocurrido”, sentencia.
No obstante, se dieron algunas acciones concretas. Fruto de la primera cita empresarial, se decidió apoyar la propuesta de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) para crear el Senati, que finalmente se concretó en diciembre de ese año. Más adelante, en 1965, llegaron otras discusiones como aquellas en torno a la Bolsa de Valores de Lima (BVL), a fin de impulsar el mercado de valores.
CITA EJECUTIVA TOMA RELEVANCIATras el primer CADE, la convocatoria fue exponencial (este año se esperan más de 1.000 asistentes), por lo que su organización, en ese entonces, tomaba cerca de 11 meses. En ese tiempo el comité encargado definía la logística, la elección de los temas a abordar y la coordinación respectiva con los expositores.
A partir de la segunda edición, se empezó a sentir la escasez de la infraestructura hotelera en Paracas. Y se optó por el alquiler de casas.
De otro lado, Rivera indica que uno de los méritos de CADE ha sido convertirse en una tribuna de discusión. Y que incluso fue el único vehículo de comunicación con la dictadura militar de Velasco Alvarado. “Era muy difícil hablar con ellos, pero Velasco asistió a CADE y expusimos nuestras ideas. Hubo momentos de tensión”, recuerda. Además, por diversas coyunturas por las que atravesó el país, agrega, las primeras 15 citas fueron muy activas en debates.