(Informe El Comercio - Instituto Peruano de Economía) Luego de cinco años de un contexto internacional desfavorable debido a la disminución del precio de nuestras exportaciones, a finales del 2016 se quebró la tendencia negativa.
Esta reversión se trasladó hacia mejores términos de intercambio (TI). Si bien es conocido que precios de las exportaciones más altos se traducen en mejor desempeño económico, ¿qué tan grande es su efecto?, ¿sobre qué variables impacta?, ¿cuánto tiempo tarda en hacerse notar?
CAMBIO DE TENDENCIA
Los TI representan la relación entre los precios de exportación y los de importación, y reflejan el poder adquisitivo de las exportaciones. Es decir, un incremento de los TI implica que con la misma cantidad de exportaciones el país puede importar una mayor cantidad de bienes y servicios.
Para el Perú, la mejora de los precios de los commodities exportables empezó en la segunda mitad del 2016, pero se consolidó en el 2017. En particular, impulsada por el crecimiento de los precios de exportación del cobre (29,4%) y zinc (45,6%).
En el caso del cobre, el aumento de la cotización estuvo relacionado con la recuperación de la economía internacional, las restricciones en China para reducir la producción de cobre reciclado y las disputas laborales en Chile, Indonesia y el Perú.
Por otro lado, el crecimiento del precio del zinc se explica por la reducción del stock del metal ante el cierre de minas en Australia e Irlanda y el aumento de la demanda de acero galvanizado en los sectores de infraestructura y automovilístico en China, principal consumidor.
EFECTOS EN LA ECONOMÍA
Estos cambios en los TI cobran mayor importancia en economías en desarrollo, como la del Perú, debido a que los commodities tienden a representar una parte importante de su canasta exportadora.
Según estudios de la International Economic Review, de la Universidad de Pensilvania, entre el 10% y 30% de las variaciones del PBI en estas economías se explica por cambios no anticipados en los TI.
La magnitud de este efecto depende de la persistencia de estos cambios. En el Perú, según el último Reporte de Inflación del BCR, los cambios no anticipados asociados a fluctuaciones transitorias de los TI explican un 25% de la variación del PBI.
En tanto, cambios anticipados relacionados con factores estructurales pueden llegar a explicar más del 50% del crecimiento del PBI luego de dos años.
El mayor efecto de estos, como una sostenida recuperación de la economía internacional, se debe a que son más duraderos. Ello permite que los agentes incorporen este nuevo escenario en sus decisiones de inversión o consumo, lo cual afecta el crecimiento de la producción.
Además, a partir del año 2000, los cambios en los TI cobran mayor importancia debido al fuerte aumento de las exportaciones. Así, estos pasaron de representar 11% del PBI para el período 1990-2000 a 21% del PBI para el período 2001-2017. Los efectos sobre el PBI tendrían su pico siete trimestres posteriores al impulso inicial.
Sobre los componentes del PBI, la inversión privada es la variable más sensible ante cambios estructurales en los TI.
Un incremento sostenido de los precios de exportación o una reducción de los precios de importación se traducen en una mejora de la rentabilidad de las empresas.
Por su parte, el consumo también se ve afectado debido a que mejores TI afectan el nivel de ingreso de las personas, principalmente de las vinculadas a las industrias exportables.
Al respecto, según el BCR, ante un incremento de 1 punto porcentual (pp.) en los TI, la inversión y el consumo privados se incrementarían en 0,8 pp. y 0,2 pp. al cierre del segundo año, respectivamente. Cabe destacar que el aumento de la inversión y el consumo es mayor a medida que el cambio en los TI es más persistente.
EFECTOS FISCALES
Otra de las variables que responde fuertemente al comportamiento de los términos de intercambio es la recaudación fiscal.
Según el BCR, un aumento de 11% en la tasa de crecimiento de los precios de las exportaciones ajustados por la inflación genera un incremento en los ingresos del gobierno general de alrededor de 4,6% y de 5,6% al segundo y tercer año luego del choque.
Esta relación tan cercana se explica por el efecto que tienen los precios de las exportaciones sobre el Impuesto a la Renta que pagan las empresas exportadoras.
La minería, además, paga otros impuestos como la regalía minera, el Impuesto Especial a la Minería y el Gravamen Especial a la Minería, los cuales aumentan en un contexto de mayores precios debido a que gravan la utilidad operativa de la empresa