El Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank estimó que la producción global de cobre crecerá un 5,0% en este 2023, cifra ligeramente menor de lo que prevé el Grupo Internacional de Estudio sobre el Cobre, que situó las expectativas en 5,3%.
El alza incluye proyectos mundiales entre los que se incluye el Perú que empezaron a producir en los últimos tres años: Kamoa Kakula Fase I (empezó a producir en el 2021) y Fase II (2022) en R.D. del Congo; Quellaveco (2022) en Perú; la planta concentradora Spence (2022) y Quebrada Blanca Fase II (2023) en Chile y que en conjunto agregan más de 1.000 miles de toneladas de cobre.
Para el Scotiabank, esta mayor producción compensaría las paralizaciones como consecuencia de conflictos sociales (en Perú y Chile), periodos de mantenimiento y problemas con la escasez de agua.
“Por el lado de la demanda mundial, va a depender mucho de la velocidad en la que China continúe con la recuperación de su economía. Estimamos que el crecimiento de la demanda podría estar entre 1,0%-3,0%, mientras que un escenario de posible recesión o desaceleración global y alta inflación agregarían incertidumbre a estos estimados. La demanda de China podría determinar si estaremos frente a un déficit o superávit en el balance del mercado global de cobre”, señalaron.
La producción cuprífera viene incrementándose año a año escala global. Tan solo en la última década la producción de cobre se ha incrementado en más de 30%, impulsado sobre todo por el mayor volumen de Chile y Perú. En el 2022 la producción mundial fue impulsada por países productores medianos, según el Grupo Internacional de Estudios del Cobre (ICSG, por sus siglas en inglés).
A pesar de los problemas productivos en Perú (asociados a bloqueos de vías por protestas sociales) y Chile (asociados a problemas relacionados con la escasez de agua), la producción mundial en 2022 creció gracias al significativo aumento productivo de otros países.
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La producción cuprífera en el Perú se incrementó 4,8% en 2022, respecto a lo producido en el 2021, pero estuvo todavía 1% por debajo del nivel pre-pandemia. La entrada de producción de la mina Quellaveco de Anglo American, en setiembre 2022, compensó las pérdidas producto de las paralizaciones por más de 50 días en dos de las minas de cobre más importantes peruanas, Cuajone (Southern) y Las Bambas (MMG).
Por otro lado, la producción en Chile disminuyo 5,0% en 2022 y estuvo 8% por debajo de su nivel pre-pandemia, debido a que algunas minas presentaron ausentismos por Covid-19, problemas operacionales y escasez de agua, según informa el ICSG.
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