El pasado domingo, en el debate electoral organizado por América TV, dos candidatos presidenciales tocaron el tema de la conectividad en el país. Por un lado, Yonhy Lescano (AP) planetó como solución la compra de un satélite, mientras que Verónika Mendoza (JP) propuso que la Red Dorsal Nacional requería ser fortalecida en su capilaridad.
Al respecto, Carlos Huamán, CEO de DN Consultores y especialista en telecomunicaciones, afirmó que la compra de un satélite puede ser sumamente oneroso ante la alternativa de disponer de capacidad satelital. Y, en general, dijo que las propuestas de ambos candidatos no especifican bajo qué modalidad de operador están contemplando la gestión de la red satelital y la fibra óptica. “Asumimos que se mantendrán las Asociaciones Público Privadas (APP) o a través de operadores privados, pero sería clave que lo aclaren”, mencionó.
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El consultor indicó que no se trata de que las tecnologías como la capacidad satelital y la fibra óptica compitan entre sí, estas pueden coexistir, lo importante es cómo. En ese sentido, apuntó que es técnicamente conocido que la fibra óptica ofrece actualmente una relación de precio-velocidad superior (entre 50 MB y 1 GB), mientras que la capacidad satelital si bien ha mejorado mucho en los últimos tiempos, como oferta comercial en el país tiene entre 20 y 40 MB como máximo y con limitaciones en la capacidad de descarga durante el mes.
Eso en cuanto al aspecto tecnológico. Pero también está el tema de la relación entre el ámbito privado y público. “El sector de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) es un mercado donde los servicios están registrando en los últimos tiempos una evolución bastante acelerada, y lo que tenemos hoy día como un plan tarifario ya sea en servicios fijos de fibra óptica como servicios móviles es radicalmente distinto a lo que se tenía hace un año”, refirió.
Para Huamán, lo más conveniente desde un punto de vista país es que el mercado siga expandiéndose todo lo que pueda, porque eso es siempre lo más eficiente. Y propuso fomentar fuentes de financiamiento, porque conforme van avanzando las redes, el kilómetro adicional de red tiene un costo mayor que los kilómetros previos. Y todo esto en un mercado que cada vez genera menos ticket por usuario.
“Aquí el Estado podría disponer de algunos fondos que recauda, para que sean usados por los privados y asuman compromisos de despliegue de Internet en centros poblados actualmente no cubiertos. Eso es algo que el MTC ya viene haciendo y podría ampliarse a fuentes distintas al canon por espectro radioeléctrico, lo que ayudaría a que los objetivos de cobertura en el país sean logrados en plazos menores”, precisó.
Como tercer punto, Huamán aseguró que los políticos hablan de la Red Dorsal Nacional como un tema sumamente amplio, y pareciera que no logran entender exactamente cuál es la esencia del modelo. Lo que está ocurriendo, añade, no es un problema de precios, sino que el Estado por su propia naturaleza tiene cierta rigidez en la forma como funciona el servicio.
Sostuvo que al ser una APP donde el público aporta el subsidio (en el caso de la red dorsal US$ 300 millones) y el privado aporta la gestión, ese aporte está sujeto al funcionamiento que el sector público debe seguir. Y eso ha frenado a la Red Dorsal Nacional.
“Por lo tanto, nuestra propuesta es tomar la alternativa que el Banco Mundial planteó, lo que llama la desinversión, es decir la adjudicación de tramos competidos a operadores privados para que se encarguen de que el mercado funcione, mientras que el Estado se concentra en las zonas no competidas, donde focalice el subsidio y permita la expansión de despliegue del uso en las zonas donde el mercado por sí solo no va a llegar”, puntualizó Huamán.
El especialista acotó que no debemos esperar el plazo máximo de la normativa del APP de tres años, sino ser mucho más ambiciosos, para que en el más corto plazo ya esté el nuevo modelo diseñado. Dicho esto, solicitó que el próximo gobierno debería tener como primer punto en la agenda del sector digital el diseño del nuevo modelo dorsal.
UN PROYECTO VIABLE
Por el aspecto de la infraestructura, Juan José Cárdenas, líder de Proyectos de EY Law, comparó el caso de la Red Dorsal Nacional con el caso del Gaseoducto Sur, dos proyectos que por diferentes razones tienen el mismo resultado. “Porque tenemos una infraestructura que no se usa y se va a seguir depreciando mientras no se decida qué hacer con ella”, indicó.
Comentó que en el caso de la red dorsal el proyecto tuvo problemas de estructura por varias razones, pero no se pensó que la tarifa que se iba a cobrar por el servicio de transporte de datos iba a poder ser provisto por privados por una tarifa más barata, lo que hizo que el proyecto sea inviable.
¿Qué hacer una vez que se desvincule de Azteca? Para Cárdenas lo primero es una revisión de cuáles son las alternativas que existen para hacer uso de esa infraestructura, y de todas las alternativas: desde una nueva concesión que tendrá que tener una modelo diferente, hasta eventualmente la venta del activo a un privado para que lo utilice como si fuera suyo.
“Creo que es importante no cerrarse a ninguna posibilidad. Se debe hacer el estudio para no repetir el error y ver cuál es la mejor alternativa. Una concesión exactamente igual no va a funcionar, con lo cual se puede partir la red en pedazos, se puede vender algunas partes, concesionar algunas, incluyendo las redes regionales que ya se han construido y entregado al Estado y otras que están en proceso de construcción”, manifestó.