Este lunes, el directorio de Petro-Perú dio a conocer la situación real de la empresa pública, señalando que esta viene operando con un limitado crecimiento de ingresos y una baja rentabilidad, además de que ha perdido su posición competitiva en el mercado hidrocarburífero en el país. Pasó de representar el 51% al 25%.
Las condiciones de la compañía petrolera “son extremadamente graves”, como se indica en el comunicado de Petro-Perú: la proyección de ventas al 2024 es de US$3.977 millones, lo que significa una cifra 30% menor a la del 2022. Las pérdidas estimadas, por otro lado, ascienden a US$716 millones, 164% superiores a las del 2023. Además, el Ebitda (el resultado de la empresa previo al descuento de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de la compañía pública que se espera para este año es de US$135 millones, lo que es “insuficiente para cubrir cualquier pago de deuda”.
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Además, la empresa enfrenta un alto grado de inestabilidad en su dirección y gobernanza.
Con ello, el directorio consideró que Petro-Perú debe de ser manejado por una gestión privada para que se logre una autosostenibilidad financiera. Esta autonomía de gestión privada ha sido planteada a la Junta General de Accionistas y al Gobierno, y se espera una decisión al respecto, según el comunicado de la estatal.
De acuerdo con el directorio, esta es una mejor alternativa a un pedido de rescate financiero. Justamente, en el documento se dio cuenta de la necesidad de un apoyo financiero por US$2.200 millones. Sin embargo, se precisó que solicitar este monto al Estado “sería irresponsable y un acto de inmoralidad”, debido a que nada puede asegurar que se vuelva a recurrir a un nuevo apoyo económico en un futuro cercano, por el contexto actual de una gobernanza y gestión empresarial expuesta a “apetitos políticos”.
Erick García, exdirector general de hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), apuntó a que esto se trata de un sinceramiento de la situación de Petro-Perú, lo que debe ser respaldado. En ello coindice Arturo Vásquez, director de Investigación de Gerens y exviceministro de Energía, quien además apunta a que se reconocen los problemas de gobernanza y de gestión empresarial de la compañía petrolera.
El directorio de Petro-Perú indicó que cumplió con aprobar el plan de reestructuración que se propone en el informe de la consultora Arthur D. Little/Columbus, documento que no era público.
Además, presentó un diagnóstico de la empresa al Minem y al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) mencionando que el informe de la consultora ha considerado supuestos que no se han vuelto realidad.
¿Privatización?
La gestión privada solicitada por el Directorio de la petrolera, no significaría una privatización de la empresa estatal, de acuerdo con los especialistas consultados por este Diario. Sin embargo, el significado de este manejo sí varía para los expertos.
Para García, lo dispuesto por el directorio se entendería como la entrada parcial de capital privado para que Petro-Perú continúe operando, dado que por ley la participación privada solo puede alcanzar al 49% de acciones de la estatal petrolera. Esto no sería atractivo, considerando la actual situación de Petro-Perú, salvo se maneje un esquema donde se ceda control al privado, como ocurrió con Ecopetrol en Colombia, añadió.
“La ley te dice que no podrás vender más del 49% [de acciones], pero no te dice que no le puedas dar la gerencia, que no le puedas dar el directorio. Sí se tendría que ver de proponer el cambio en la composición del directorio. Es un buen momento, porque no puedes tener un director trabajador [de la empresa]”, expresó.
Pedro Gamio, exviceministro de Energía, coincidió en esta entrada de capital privado para que Petro-Perú tenga una gestión técnica con socios estratégicos. No obstante, sostuvo que una mejor alternativa es que la compañía pase a convertirse en un ‘holding’ y se divida en diversas unidades. En estas últimas podría tener acuerdos abiertos de capital privado, señaló.
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Por otro lado, según consideró Alfredo Thorne, exministro de Economía, la gestión privada significaría la posibilidad de subcontratar a un grupo privado para que maneje la estatal petrolera.
“Hay empresas internacionales que hacen eso. No creo que sea la mejor solución, porque una cosa es manejar una empresa privada y otra cosa es manejar una empresa pública. Mucha gente dice que Petro-Perú debería de vender acciones. El reporte dice que tiene un patrimonio negativo, no vas a comprar una acción que vale menos de cero”, consideró.
Con ello, sostuvo que se Petro-Perú tendría que dividir sus líneas de negocios para concesionarlas de forma transparente y sin corrupción. Con ello, el directorio se podría dedicar a manejar la parte financiera de la empresa pública.
Sin embargo, la propuesta del directorio también puede significar la entrada del privado a través de un proceso concursal y una Junta de Acreedores, comentó Vásquez. Esto conllevaría a que esta junta tome el control de las operaciones y decida su restructuración o liquidación.
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