Las restricciones para asistir a las playas se extendieron en el país hasta el 17 de enero, a manera de precaución para evitar aglomeraciones en plena pandemia. Mientras tanto, los clubes con sedes de playa también vienen aplicando protocolos para sus asociados.
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Cubes como el Regatas Lima, Real Club, El Bosque, Country Club de Villa cuentan con sedes de playa. En el sur, desde Lurín hasta Cerro Azul, se estima que hay 130 clubes. Todos vienen aplicando medidas y mantienen sus accesos a la playa cerrados.
Solamente se permite la práctica de deportes náuticos conforme a ley como tabla o pádel, refirió Juan Carlos Romero, presidente de la Asociación de Gerentes y Administradores de Clubes, Condominios y Afines del Perú (Asogeclub). El uso recreativo de las piscinas también está prohibido, a menos que sea para prácticas deportivas competitivas o con fines terapéuticos.
En el caso de los clubes, las academias deportivas o formativas de natación se van a implementar en muchos casos a partir del 15 de enero con todas las medidas de saneamiento. En el caso terapéutico, se debe comprobar con un certificado médico que indique como terapia la natación.
“Algunas señoras de 60 años, algunas subiditas de peso, vienen con su tabla bajo el brazo, tratando de sacarle la vuelta a la norma, pero los clubes nos hemos puesto firmes y exigimos certificado médico y contar con un instructor de natación”, explicó Romero.
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Añadió que en las fiestas de fin de año, fiscalización fue a inspeccionar a todos los clubes de San Antonio y Asia. Para el titular de Asogeclub, ahora los asociados tienen más conciencia para cumplir con las normas.
Romero coincidió con el Colegio Médico que descarta a la playa como foco de contagio. “Se deberían abrir las playas al 40%, las sombrillas están delimitadas para guardar el distanciamiento. Que nos vean como espacios seguros y que sobre todo por los niños podamos abrir juegos al aire libre”, expresó Romero.
En caso de clubes de ciudad, explicó que están con aforo restringido al 50%, y la mayoría ha adoptado un sistema de reservas para el uso de sus instalaciones. Por ejemplo, si quieres jugar golf, un juego de nueve hoyos dura un par de horas, cada uno lleva sus palos, no hay uso de carritos de golf y no hay servicio de caddies. En el caso de tenis no hay recogebolas y son turnos de 50 minutos, porque la cancha se desinfecta por 10 minutos.
BUNGALOWS CON PROTOCOLOS
Por su parte, Carlos Zegarra, representante del Real Club de Lima, con sede de playa en el balneario de Asia, explicó que han aplicado el distanciamiento social y la higiene para cumplir con los protocolos.
Recordó que el 9 de julio presentaron los protocolos, el 13 de julio ingresó el personal según las etapas que dio el gobierno. Y para la primera semana de octubre comenzaron con las actividades de tenis y paleta frontón. Poco a poco fueron abriendo los restaurantes.
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La piscina se usa solo para entrenamiento y rehabilitación física. Funciona un carril sí y otro no. “Tenemos deportistas de la selección de natación, a quienes se le da un tiempo dependiendo qué necesiten hacer. La piscina está descubierta pese a tener un techo corredizo, lo hemos dejado abierto e igual estamos temperando el agua. Esto incide en nuestros costos, pero es preferible que las personas puedan hacer esta actividad”, apuntó Zegarra.
Con respecto a los bungalows son hospedajes no clasificados, a los que solo asiste el núcleo familiar, e invitados de manera muy excepcional. La limpieza se hace antes, se sanitiza, se sella el espacio y la llave se entrega en un sobre cerrado. Se entregan los implementos de limpieza, porque nadie hará limpieza hasta que desocupen el bungalow. Incluso el recojo de basura, cada uno saca su bolsa a la puerta, como el protocolo exige.