¿Dónde está Melisa González Gagliuffi? ¿Dónde está la mujer que casi tres años atrás dijo que nunca huiría de la justicia? Esa es la pregunta que se hacen todos los días los deudos de los dos jóvenes que fallecieron el 11 de octubre del 2019, pues la mujer que los atropelló y les quitó la vida sigue libre. Hoy, el rostro de González Gagliuffi es parte del programa de recompensas del Ministerio del Interior, y se ofrece S/30.000 por información sobre su paradero.
El Comercio intentó ubicarla en su domicilio, en su empresa y en el estudio de abogados que hasta ahora la defiende. El objetivo: obtener respuestas para los familiares de las víctimas.
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SU POSIBLE PARADERO
La primera pista para conocer el paradero de González Gagliuffi fue la Sunat. Según esta entidad, ella tiene un negocio activo de fabricación de joyas. Revisando información de su negocio, hallamos que ella tiene un local en San Isidro, que dejó de utilizar hace un tiempo pero que actualmente alquila.
El conserje de este edificio dijo que, hasta hace poco tiempo, Melisa “ha hecho una vida normal” y que continúa recibiendo ingresos por el alquiler del local.
El único bien que posee inscrito en los Registros Públicos es la misma camioneta con la que causó la muerte de los dos jóvenes, pese a que se le inhabilitó la licencia de conducir luego de este hecho.
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El siguiente paso fue buscarla en su propia casa. Aquí, el personal de servicio respondió el timbre, indicando que “no se encontraba en ese momento”. Respondió también que “no sabría a qué hora regresaría”.
En el estudio de abogados que la representa –el Estudio Ugaz, conocido por defender al expresidente Martín Vizcarra– señalaron que “no sabían cuál era su paradero”.
En una primera conversación, donde no se nos permitió grabar, el director del estudio, Fernando Ugaz, declaró que posiblemente ella esté poniéndose “a buen recaudo”, mientras espera la decisión del Poder Judicial ante un recurso de nulidad de la sentencia de los seis años de cárcel que recibió. Ugaz también dijo que González Gagliuffi contrajo matrimonio y tuvo una hija, lo cual frenaría su pronta entrega.
Por lo tanto, la infractora de 36 años no quiere entregarse. El abogado que ve su caso directamente, Diego Rojas, del mismo estudio, afirma que “sí está en el Perú”, pero que espera la decisión del Poder Judicial ante el recurso de nulidad de la sentencia.
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DOLOR Y ESPERA
En paralelo, los padres de Joseph Huashuayo, una de las víctimas, han manifestado su indignación por la situación de no habida de González Gagliuffi. Ellos, a diferencia de la familia de Christian Buitrón, el segundo fallecido, no aceptaron el monto por reparación civil que se les ofreció.
Se recuerda que González Gagliuffi fue detenida con prisión preventiva algunos días después del accidente, pero la dejaron en libertad al mes y medio. A pesar de contar con el informe policial y los videos donde se observa el accionar de la conductora, la Corte Superior revocó dicha medida y la dejó en libertad mientras continuaba el juicio. En la pandemia todo quedó trunco.
El juicio se retomó hace unos meses y le dieron seis años de prisión; sin embargo, para entonces ella ya estaba fuera del alcance de las autoridades.
El Poder Judicial tipificó el caso de González Gagliuffi como delito no doloso; es decir, sin intención. Esta pena va de cuatro a ocho años de prisión, cifra que la fiscalía pidió. Y en el caso de lesiones culposas agravadas, la pena es de cuatro a seis años.
La fiscalía había pedido ocho años, pero el Poder Judicial, a su propio criterio, le impuso seis años, con argumentos como que la procesada no registraba antecedentes y que “ha llegado a transacciones judiciales con casi todos los agraviados”. Aun así, está no habida.
“Siempre mentía y desde el principio evadió. Alteraron información, por ejemplo, del tamaño de su camioneta. No sé por qué la soltaron”, detalló Nancy Tenorio, madre de Joseph.
“Al final se demostró que iba a 87 km/h. No siento confianza en este Poder Judicial. Debe realizarse una búsqueda internacional. Si bien, según Migraciones, no ha salido del país, en el Perú te puedes ir por la frontera”, agregó Fortunato Huashuayo, el padre.