La historia anterior de la literatura peruana aún está por completarse. ¿Qué falta? Entre otras cosas, recuperar los nombres fundacionales de quienes, en su época, sufrieron invisibilización a causa de su género.
“Al olvidar a sus escritoras, el Perú pierde la mitad de su literatura”, dijo la editora feminista Ana María Vidal en una entrevista con El Dominical en diciembre del 2018. Desde entonces, se han dado algunos pasos importantes para recobrar el tiempo y el espacio perdidos, como la recuperación de los Cuentos ( 1919 ), de Lastenia Larriva o de la obra que hoy nos convoca: Zarela, la primera novela feminista del Perú, escrita en 1910 por la arequipeña Leonor Espinoza de Menéndez y rescatada, gracias a los estímulos económicos del Ministerio de Cultura, por Aletheya, editorial independiente nacida en la Ciudad Blanca.
Una investigación en curso
“Concluimos que la novela se publicó en 1910 porque un ejemplar que se preserva en el Instituto Riva Agüero de la PUCP tiene una dedicatoria al director de El Comercio que consigna ese año”, explica Martha Salas, investigadora egresada de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa y responsable del estudio introductorio de la edición del 2021 de Zarela.
“Estamos frente a una novela que, probablemente, no fue bien recibida en su época por lo disruptiva y contestataria. Llevaba en la portada el rótulo de novela feminista y, a pesar de ello, no hemos encontrado aún referencias de ella entre sus contemporáneas. Tampoco encontramos un interés entre sus descendientes por hacer prevalecer el legado de Leonor Espinoza”, añade la investigadora.
Los trabajos para develar los misterios de Zarela aún están en curso. Las personas involucradas en su rescate —Martha Salas y la plana de Aletheya— llegaron a esta obra gracias a Lady Rojas, catedrática peruano-canadiense de la Universidad Concordia, quien llegó a Arequipa en el 2019 para un evento organizado por el Grupo Cultural Adela Montesinos.
En la contratapa de la edición del 2021 de Zarela, dice Lady Rojas: “Zarela, una médica progresista, reivindica los derechos equitativos de las mujeres —a saber, la educación, el trabajo y la autonomía financiera— que les permiten ser protagonistas de la vida y sociedad”. Así, Leonor Espinoza se adelantó diez años a un tema que Miguelina Acosta Cárdenas sustentaría en su tesis de bachillerato, Nuestra institución del matrimonio rebaja la condición jurídica y social de la mujer ( UNMSM, 1920 ).
Isabelle Tauzin-Castellanos, catedrática de la Universidad Michel de Montaigne de Burdeos, señala también en la contratapa de la edición rescatada: “Espinoza denuncia con singular brío la inestabilidad social en que viven las mujeres a inicios del siglo XX. Con la mayor vehemencia, censura la subordinación legal de las mujeres y los abusos que sufren. La reforma del código civil, la formación profesional, el derecho y el acceso al trabajo para todas las mujeres son las soluciones que preconiza. La sátira de Leonor Espinoza explica probablemente el silencio reprobador en el que ha quedado sepultada aquella auténtica novela feminista hasta el 2021”.
En un tiempo en el que los feminismos han decidido no ser silenciados nunca más, Zarela y Leonor vuelven a levantar la voz. Pueden encontrar la edición de 186 páginas a S/39 en librerías o contactando directamente a la editorial.
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