Por Alessandra Miyagi
El nombre de Guy Delisle comenzó a sonar en la movida del cómic francófono desde mediados de los noventa, cuando su carrera como ilustrador y supervisor de estudios de animación lo llevó por lugares tan exóticos como Shenzhén, en China; Ragún, en Birmania; o Jerusalén, en Israel. Estas ciudades con sus particularidades, extravagancias y encantos lo inspiraron a plasmar sus experiencias en exquisitas novelas gráficas de contenido documental y autobiográfico. Por ejemplo, su estadía en la hermética Corea del Norte se transformó en la crónica gráfica “Pyongyang”, una visión realista de un país en el que la pesadilla orwelliana de 1984 parece haberse hecho realidad cotidiana. Seguir a @ElDominicalEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
La gestación de “Pyongyang” fue accidentada desde el principio: cuando Delisle quiso publicar sus apuntes, los productores del estudio de animación que lo habían enviado a Corea del Norte le advirtieron que tenía prohibido “hablar” sobre su visita, debido a una cláusula de confidencialidad en su contrato. No obstante, tras buscar infructuosamente dicha cláusula, Jean-Christophe Menu, su editor y fundador de la famosa editorial L’Association, sentenció: “Sería terrible que acabáramos en los tribunales, pero este es un libro que debemos hacer”. Y Delisle lo hizo. El resultado es un libro intenso y visualmente sobrecogedor. Poco después, Gore Verbinski —realizador de “Piratas del Caribe”, “El llanero solitario” y “Rango”— decidió llevarla al cine. Sin embargo, tras dos años de trabajo, el proyecto quedó trunco debido a las amenazas terroristas que surgieron tras la filmación de “The interview”, cinta que cuenta la historia de dos periodistas que tienen la misión de asesinar al dictador norcoreano Kim Jong-Il. Ante este revuelo, la productora Fox decidió anular el subsidio para la adaptación de la novela gráfica. Sin embargo, el hecho, como es de esperar, disparó la fama del autor.
Hace unos días hablamos con Delisle y pudimos conocer detalles de su método de trabajo, el cual se acerca mucho al de la crónica periodística: “Tomo notas sobre la vida cotidiana del país que visito y luego, cuando vuelvo a casa, las uso para ilustrar los puntos que me parecen interesantes. No pondría jamás elementos ficcionales, pues mi objetivo principal es describir la realidad de un lugar”, nos dijo. Sin embargo, no se ve a sí mismo como periodista, sino como un viajero y, mucho más, un soñador que escribe sus crónicas como si fueran postales que le enviaría a su familia: “Simplemente anoto todo aquello que me parece interesante. Me guío por mi propia percepción y también pienso si el lector disfrutará lo que escribo. Pero, evidentemente, si voy a Corea del Norte tengo que hablar de la situación política porque constituye una parte importante de su realidad”.
Nacido en Quebec, Canadá, en 1966, Delisle se ha convertido en un artista influyente y reconocido, cuyo trabajo tiene tanto de crítica social como de aventura. La última de sus novelas gráficas, “Crónicas de Jerusalén”, ganó el premio a la Mejor Obra del Salón Internacional del Cómic de Angoulême en el 2012. Y nos adelantó algo sobre su próximo proyecto en el género: “Por primera vez yo no estaré como personaje, sino que contaré la historia de un hombre que conocí en una ONG humanitaria y que fue secuestrado durante tres meses hasta que logró escapar”.
A propósito del Día del padreDelisle no es solo un testigo de mundos exóticos, sino que desde el 2013 empezó a contar su propia experiencia como padre o, mejor dicho, como “mal padre”. Tiene dos hijos y, abrumado por la responsabilidad, decidió diseñar una especie de manual de crianza, donde narra pequeñas historias familiares cargadas de humor y de una mirada sincera y desprejuiciada. Esta aventura, que tiene ya tres tomos titulados “Guía del mal padre” (como el resto de su obra, editada en español por Astiberri), gira, como es de suponer, en torno a sus desaciertos y dudas: “Ser padre es algo para lo cual no puedes prepararte. Aprendí a serlo en el proceso, con mis hijos. De algún modo, ellos fueron quienes me enseñaron qué cosas debía hacer y cómo las debía hacer. No se puede ser un padre perfecto todo el tiempo”, dice con no poca razón.
Con desenfado y honestidad, Delisle se retrata a sí mismo como un papá inconsciente e infantil, incapaz de adecuar sus interacciones a la edad emocional de los niños. Así su alter ego, para evitar que su hijo fume cuando crezca, planea obligarlo a consumir una cajetilla entera de cigarrillos; o peor aun, considera divertido hacerle creer que se ha cortado la mano con una sierra eléctrica; o cree acertar cuando critica ferozmente el dibujito que su pequeña le ha dedicado con ternura. Aunque cada una de las historias que conforman estas ‘antiguías’ se basaron en situaciones reales, el autor confiesa que echa mano de la exageración como recurso estilístico y lleva las anécdotas al extremo: “Algunas de estas historias son cien por ciento verdaderas; pero, por supuesto, yo nunca dejaría que mi hijo de cinco años manipulara una sierra eléctrica. Tan psicópata no soy”, dice.
Está claro que no es un psicópata, sino un padre que se retrata a sí mismo, a ratos, como un adulto despreocupado, inconsciente, cariñoso, despistado, tierno, mezquino, espontáneo; como alguien que nunca dejó de ser niño, un cómplice para las travesuras de sus hijos. Y por ello es, precisamente, el peor y el mejor de los padres.
Guy Delisle también es autor del conjunto de historias breves “Cómo no hacer nada”; de los libros de aventuras del inspector Moroni; y del cómic para niños Luis va a la playa, todos exitosísimos. Pronto podremos conocer de cerca la obra y a su autor cuando llegue a nuestro país como parte de la comitiva francesa que participará en la FIL Lima 2015. ¿Provocará nuestro país alguna de sus historias fascinantes?
Libros: Guía del mal padre 1, 2,3Autor: Guy DelisleEditorial: AstiberriPáginas: 190Precio de cada tomo: S/.45,00
Otros InvitadosAdemás de Guy Delisle, la Feria Internacional del Libro de Lima 2015 contará con la presencia de otros dos importantes personajes del cómic francófono: el autor e ilustrador Christian Cailleaux y el editor de L’Association, Matthias Rozes.
Cailleaux (La Garenne-Colombes, 1967), es un experimentado ilustrador y un incansable trotamundos que se zambulle por completo en la cultura de cada lugar que visita. Estudió Literatura y Filosofía, pero su verdadera pasión es el Arte Gráfico, carrera que siguió en la Escuela Nacional de Artes de Francia.
Sus numerosos viajes, combinados con sus conocimientos literarios y filosóficos, le han permitido crear novelas y series gráficas de gran calidad. Como la aclamada serie de tres tomos Los impostores, en la que narra la historia de Albert, un obrero que es inesperadamente absorbido por el círculo de la alta sociedad de un espacio indeterminado tras ser confundido con un famoso escritor. A pesar de la perplejidad que lo asalta, Albert continuará enredándose en un juego de roles, pues, como afirma Cailleaux, “en el fondo, todos somos impostores”.
Matthias Rozes, por su parte, es agente de prensa y mánager de derechos de autor de L’Association, una de las más importantes editoriales francesas, famosa por impulsar el nuevo cómic independiente en la Francia de los noventa. Esta casa es reconocida por ser la primera en publicar los trabajos de prestigiosos ilustradores como Joann Sfar (con sus series de El gato rabino y La mazmorra), Marjane Satrapi (Persépolis, la maravillosa novela gráfica en cuatro tomos, adaptada también al cine) y el mismo Delisle.