En esta publicación, el autor pide cambios conceptuales en la ciencia política tradicional para atender los diversos movimientos liberadores iniciados desde los llamados países periféricos como el ecologismo, el feminismo o la negritud, pero también para hacer frente a nuevas formas de dominación como las generadas por las nuevas tecnologías.
―¿Cómo definiría el término de ciencia política de la liberación?
Lo que pretendo aquí es que la ciencia política estudie los procesos de liberación, algo que no ha estudiado. Obviamente, los procesos de liberación se expresan como manifestación contraria a las formas de dominación. Por ejemplo, estamos a puertas de celebrar Ayacucho, el 9 de diciembre, y ese fue un proceso de liberación porque había una forma de dominación de la Corona española, de un régimen que los franceses llaman Ancient Regime, o sea una monarquía absoluta. Entonces, la liberación debe entenderse como un proceso hacia la libertad. Ahora bien, la ciencia política de la liberación se centra en ese tema, pero toma en consideración otros aspectos. Por ejemplo, la liberación también del método, de la teoría, yo hago un cuestionamiento al empirismo, al hiperfactualismo de la ciencia política tradicional, donde todo se limita a los hechos y se deja de estudiar la ideología, cuando esta es fundamental porque tiene que ver con el comportamiento humano y su visión del mundo. Además, incorporo una perspectiva histórica, porque no podemos entender los procesos de liberación si no analizamos los mecanismos históricos de dominación. Hay un capítulo que empiezo con Moisés que, en términos históricos, sería una de las primeras manifestaciones de liberación que se han dado en la historia.
―¿Lo ético vinculado con la política también resulta fundamental en este caso?
En la ciencia política se ha dejado de lado el estudio de los valores. Eso tiene que ver con temas relacionados con la corrupción y el quebrantamiento de valores fundamentales como son, en el caso de la sociedad occidental, la libertad, la igualdad, la dignidad y el autogobierno. Entonces, se generan, golpes de Estado, tiranías que rompen con esos valores. Por eso, incluyo en mi estudio un método valorativo y otro que llamo anabásico. Un método poco conocido que consiste en tomar las experiencias de la ciudadanía y aplicarlas al estudio de la realidad política del momento. Entonces, la liberación no solamente la entendemos como producto de rupturas históricas frente a formas de dominación, sino también desde el punto de vista metodológico porque no puede haber ciencia sin método.
Corrientes liberadoras
―Al respecto, plantea desarrollar una ciencia política desde la periferia, alejada de los tradicionales centros de poder como Estados Unidos o Europa.
Exactamente, porque hay una teoría política que se desarrolla en los países centrales, pero se deja de lado la producción que hay en los llamados países periféricos, países de América Latina, África, Asia. Yo creo que ese aspecto es muy importante. Lo periférico es lo que queda aislado, retirado de lo que constituye un discurso que viene del centro y se convierte en un discurso universal y deja de lado, como digo, otras teorías y otras opciones que están fuera del marco de eso que llamamos cultura occidental.
―Menciona que ese pensamiento de la periferia genera corrientes diversas como el ecologismo, el indigenismo, incluso un feminismo particular.
Sí, por supuesto, todo lo que tiene que ver con el medio ambiente. En el caso del feminismo, hay un feminismo occidental, pero existen corrientes en América Latina que, muchas veces, no son tomadas en consideración, conducidas por mujeres que buscan romper con los mecanismos de dominación de una sociedad patriarcal y machista. Otro ejemplo es el tema de la negritud. Hay toda una teoría desarrollada por Leopold Senghor, en Senegal; Aíme Césarie, en la Martinica; y sobre todo por Frantz Fanon, toda una corriente de autoafirmación de las culturas afroamericanas y afroeuropeas, así como de la cultura africana en sí misma. Entonces, la ciencia política la liberación, tal como yo la defino, es una ciencia social crítica alternativa que estudia el poder, pero enfocado en los estudios de la dominación, de la liberación, de la ideología y, por supuesto, a través del método histórico, conjuntamente, con el método empírico y valorativo.
―En ese sentido, habla del uso del poder para liberar
Sí, claro, es que el poder se puede usar para dominar como para liberar. Por ejemplo, en este momento en Venezuela tenemos un conflicto serio entre un poder que está ya mucho tiempo en el gobierno, y es una dictadura, por supuesto, frente a un poder que viene de la sociedad civil para liberar, para salir de la tiranía. La mayoría del movimientos de liberación han sido contra dictaduras, desde la época de Atenas.
Democracia y tecnología
―Frente a esto, ¿cuál es la situación de la democracia en el mundo frente al auge de totalitarismos de un lado y otro?
Te voy a responder con palabras de la politóloga belga Chantal Mouffe, ella habla de la agonía de la democracia. La democracia siempre ha estado en situación agónica desde que apareció en Atenas. Siempre ha sido amenazada por dictaduras, por plutocracias, por oligarquías; entonces siempre ha estado en esa dinámica. En el siglo XX, estuvo amenazada por discursos totalitarios y ahora existen movimientos antidemocráticos. Y, por supuesto, cuando hay ejemplos se pueden dar contraejemplos. Se dice que la derecha ha subido en Europa, pero resulta que en España y en Inglaterra tenemos gobiernos de centro izquierda y en Francia la mayoría del Congreso la tiene un frente de izquierda en una alianza con la centro-derecha. Eso es parte de la coyuntura, pero históricamente la democracia siempre ha estado amenazada y ha buscado la forma de defenderse.
―Y más allá de lo político que nuevas formas de dominación encuentra en un mundo dominado cada vez más por la tecnología.
Yo comparo a los propietarios de las nuevas tecnologías con los antiguos señores feudales, como los condes y los duques que tenían más poder incluso que los mismos gobiernos. En el libro, tengo un capítulo dedicado a la ‘IAkracia’, o sea, al poder de la inteligencia artificial; y otro a la ‘IAarquía’, o sea, al gobierno de la inteligencia artificial… Debemos programar la inteligencia artificial con valores democráticos para que se oriente en esa dirección, de lo contrario va a programarse en función de los intereses de quienes controlan estos medios virtuales. Hay un libro muy interesante de María del Pilar Tello que habla de la tiranía tecnológica, entonces hay que tener mucho cuidado y ver cómo democratizar todo lo que es internet; de lo contrario, en el futuro, aparecerán movimientos de liberación virtuales, no me cabe la menor duda.
Título: Ciencia política de la liberación (segunda parte)
Autor: Francisco Miró Quesada Rada
Editorial: Universidad Ricardo Palma. Editorial Universitaria
Páginas: 250
Contenido Sugerido
Contenido GEC