Peruanidad es un término al que, probablemente, casi todos los peruanos estemos acostumbrados, ya sea porque lo hemos utilizado, leído o escuchado. Lo que podría sorprender a más de uno es que dicha palabra no fuera reconocida por la Real Academia de la Lengua sino hasta 2014.
La acuñación de peruanidad se le atribuye al político y escritor peruano Víctor Andrés Belaunde, quien la empleara como título de su libro de ensayos en 1943. Belaunde la define como una síntesis viviente tanto de la herencia indígena como de la hispánica, “una síntesis comenzada, pero no concluida”, ya que “el destino del Perú es continuar realizando esa síntesis” ( 1957 ). La peruanidad “se refiere al sentimiento de identidad que vincula a los pueblos y habitantes del Perú, basado en el afecto hacia sus tradiciones y la fe en su destino”, escribe.
Ahora bien, como señala Juan Álvarez Vita —lingüista, embajador e historiador—, si bien es importante celebrar la incorporación de esta voz en la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española, no debe olvidarse que muchos peruanismos (como peruanizar, peruanizado, peruanista y perucho) no han sido recogidos todavía por el DLE, y que otros (como perulero) sí figuran, pero sin presentar alusión alguna al Perú, lo que brinda la errónea impresión de que pertenece a la lengua española en general.