Desde la crisis política que terminó con la disolución del Congreso de mayoría fujimorista, Luis Galarreta se ha convertido en uno de los más leales alfiles de Keiko Fujimori. Para él, las últimas dos semanas de la carrera por alcanzar el sillón de Pizarro son, también, las más difíciles.
—El viernes 21 de mayo se publicó un simulacro de votación de Datum y no trajo buenas noticias para Keiko Fujimori. El estudio revela un cambio de tendencia: Pedro Castillo sube levemente; Fujimori se estanca. ¿Se lo esperaban?
Bueno, las tendencias no se pueden sacar solamente por un cambio en un momento. Lo que esperamos nosotros en la campaña es que las dos últimas semanas sean exactamente como son: mucho más difíciles, es algo natural. En este caso, se han acortado las distancias, de tal forma que cada punto es más difícil y es otra velocidad, otro ritmo. Entonces, la recibimos [la encuesta] con absoluta humildad y lo que nos corresponde al equipo que está al lado de Keiko Fujimori es trabajar para [dar a conocer] las propuestas del plan de gobierno y que la gente pueda comparar cuáles son las dos alternativas: el riesgo que significa la alternativa Cerrón-Castillo y la oportunidad que significa un gobierno abierto.
—¿No cree que Keiko Fujimori podría haber alcanzado un techo en la intención de voto?
No. Yo creo que eso vamos a ir viéndolo conforme vaya avanzando la campaña estas últimas semanas. Nos pasó mucho igual en la primera vuelta. Yo creo que no hay techo todavía para ninguno de los candidatos. Como lo dijimos anteriormente, cuando la tendencia [de intención de voto de Keiko Fujimori] estaba subiendo, acá no hay nada dicho. Todavía existe una posibilidad para ambos candidatos, todavía hay un número de indecisos, hay un número [de voto] en blanco y viciado que podría deprimirse. Así que el trabajo está en mostrar la disyuntiva entre el riesgo de un modelo comunista frente a lo que proponemos, que es un gobierno no del fujimorismo ni de Fuerza Popular, sino de un gobierno abierto.
—Pedro Castillo y su entorno han cometido un rosario de errores y recibido serios cuestionamientos a lo largo de la campaña, pero aun así Keiko Fujimori no logra pasarlo. ¿A qué cree que se debe esto?
No es que Keiko Fujimori no logre pasar al señor Castillo por los errores que él ha tenido. En todo caso, puede que sean errores que no son de interés para determinado sector de la población que lo apoya. Y eso tiene toda validez, porque la gente que apoya a Pedro Castillo, hay que reconocerlo, es la gente que está cansada de la inoperancia del Estado. Durante más de 20 años hemos tenido gobiernos que han estado de espaldas a la gente. Acá tenemos dos “Perúes”: el que crece con ‘malls’, donde se compra comida rápida con el auto, frente al Perú en el que se mueren las vicuñas, las alpacas y se malogra la cosecha.
Los cuestionamientos que puedan hacerle no son de nuestro lado. Nosotros no estamos trabajando una campaña, como ellos quieren victimizarse, de ‘terruqueo’, etc. Son informes independientes de la prensa que, felizmente, todavía es libre en el Perú. Estas vinculaciones no afectan la candidatura del señor Castillo porque la gente está buscando ser visibilizada. El reto que tiene Fuerza Popular es que el Estado vuelva a mirar a todas estas poblaciones que se han sentido olvidadas y restructurar el Estado. Nosotros tenemos que hacer todos los cambios que se requieran para que el rol subsidiario del Estado, que está en la Constitución, sea algo real.
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—Usted mencionaba la prensa libre. En los últimos días hemos sido testigos de ataques condenables contra la prensa por parte de seguidores del candidato Castillo. Lo cierto es que también hay muchas personas que consideran que la prensa no está siendo imparcial con las candidaturas. ¿Qué garantiza que el gobierno de Keiko Fujimori respetaría la prensa libre, tomando en cuenta el historial sombrío de su padre en este aspecto?
Lo garantizan varias cosas. Lo primero es que Keiko Fujimori no es el presidente [Alberto] Fujimori. Yo tengo claro que el presidente Fujimori hizo muy buenas reformas en los 90, pero nadie ha negado nunca que tengamos identificadas las cosas que no se pueden repetir. Segundo, Keiko probablemente sea la persona que recibió más carátulas duras, hasta con improperios, y nunca se ha atrevido a demandar, porque ella es política y hay libertad de expresión. Pero, también, tenemos un grupo de gente que van a ser parte de la garantía. Lo cuarto es porque ya no estamos para estas situaciones.
—Además de los ataques a la prensa del gobierno de Alberto Fujimori, sin ir tan lejos, en la bancada fujimorista del 2016-2018 había un discurso muy hostil contra la prensa y se utilizaba todo tipo de calificativo, como “prensa mermelera”, etc. ¿Qué va a pasar en un eventual gobierno de Keiko Fujimori si es que hay una prensa crítica?
Nosotros hemos dicho algo muy claro: hemos cometido errores políticos, sí, varios. De eso es que hay que saber aprender, y hemos pedido las disculpas del caso. Yo lamento doblemente que la gente esté en la duda de votar por Keiko Fujimori por los propios errores que hemos cometido nosotros. Ello a pesar de que yo soy uno de los que hizo el punto de quiebre en el partido. Hicimos un giro de 180 grados, nos abrimos totalmente de aquellas personas que solamente veían conflicto en la política y cambiamos todo el esquema. Y aprovecho para hacer un comentario sobre algo que muy poca gente sabe: yo he tenido una reunión con la señora Clara Elvira Ospina, con todos sus directores, para saber cómo iban a ser los debates, como invitaron a todos los grupos en la primera y segunda vuelta. Ahí yo aproveché en expresar mis disculpas públicas por cualquier exabrupto que hubo en el 2016.
—Menciona la reunión con Clara Elvira Ospina. El hecho de ella haya salido de la dirección de América Televisión en la mitad de la campaña electoral ha generado mucha suspicacia y muchos lo ven con preocupación. ¿Qué opina usted sobre este cambio?
Los estrategas del otro lado inventaron que [el despido de Clara Elvira Ospina] fue por presión de nosotros, pero nosotros las únicas reuniones que hemos tenido son esas dos, en la primera y segunda vuelta, con toda la plana directiva para ver los programas los debates etc. Yo respeto a la libertad que tenga cualquier empresa para tomar decisiones. En el caso de la señora Ospina, Keiko Fujimori la llamó para solidarizarse, algo que poca gente sabe. La llamó delante mío y yo le dije: “por favor, mándale mis saludos”.
—¿Cuándo la llamó?
El mismo día o al día siguiente creo que ha sido la llamada. Yo estaba ahí.
—¿Ustedes se han reunido o han tenido algún tipo de comunicación con los nuevos directivos del canal?
No, no hemos tenido. La última reunión fue con la señora Clara Elvira Ospina cuando estaba todavía de directora y ya quedó claro que no iba a haber el debate [de candidatos] que se estaba tratando de hacer, y ya no hemos tenido oportunidad porque la vorágine de la campaña ya arrancó.
—Usted sostiene que esta es otra Fuerza Popular y otra Keiko Fujimori. El tema es que siempre vemos una nueva Keiko Fujimori. En cada campaña se ha visto un discurso distinto al anterior en temas como el indulto a su padre o la relación con el movimiento de Alberto Fujimori. ¿Cómo creerle a una Keiko que todo el tiempo parece estar cambiando?
Respeto a la opinión, pero creo que hay una percepción equivocada. Salvo en el tema del indulto, no es verdad que ha cambiado de opinión. En el 2016 todavía estaba la esperanza de que el tema del presidente [Alberto] Fujimori no esté tan politizado. Desgraciadamente, se dijo que no se iba a dar el indulto. Esa era la decisión de todos los hermanos, que presentaron varios recursos. Lo que se ha visto de ahí en adelante, desgraciadamente, es que el caso del presidente Fujimori no es un caso normal en el Poder Judicial y la familia siente que podría hacerse lo del indulto. Ahora, el indulto del presidente Fujimori va a ser dentro del marco constitucional. Tienen que haber los documentos, los requisitos. Además, ella dentro de la prisión ha podido sentir una situación que, imagino, era una situación que sentía su papá. Entonces, hay un tema también humano, personal. […] Entonces, cuando yo digo que es otra Fuerza Popular no estoy rajando de nadie que ha estado antes. Estoy diciendo que el entorno de Keiko hoy día está conformado por otras personas. Decidimos hacer un giro, hacer un alto […] se hace un quiebre de timón. Eso es Fuerza Popular, ese otro entorno, ese es otro partido, con la visión de buscar consenso.
—El mensaje de la campaña ha venido siendo uno según el cual el voto por Keiko Fujimori no es un voto por Fuerza Popular, sino por el Perú en contra del comunismo. Luego de esta encuesta, ¿se evalúa hacer algún cambio en la estrategia de campaña?
La campaña no solamente está relacionada al comunismo, está relacionada a una gran unidad nacional. Yo creo que lo que hemos dado a conocer son mensajes reales. El mensaje está apuntado a que realmente hay una amenaza y a que realmente el Perú necesita un cambio. Nosotros tenemos que tener la capacidad de que los ciudadanos sientan que sí queremos hacer un cambio. Queremos hacer un cambio en salud, en educación, en infraestructura, en economía. Sabemos que estas dos últimas semanas son las más difíciles, pero justamente lo que viene es seguir explicando las propuestas que tiene nuestra opción, que es la opción democrática.
—Se busca transmitir que la opción de Fuerza Popular es la opción democrática, pero en la campaña se ve una reivindicación a los activos del gobierno de Alberto Fujimori. ¿Cómo llamar a un voto por la democracia enarbolando al mismo tiempo la bandera de Alberto Fujimori? Eso, para muchos, también significa una amenaza la democracia.
Cuándo dices enarbolando los activos [de Alberto Fujimori], ¿cuáles son esos activos?
—Continuamente se hace referencia Alberto Fujimori en los mítines de campaña, Keiko Fujimori hace mención a los logros del gobierno de su padre...
Definitivamente, hay logros en el gobierno del presidente Fujimori. Negar los logros del presidente Fujimori es ponerse al otro extremo. La gran diferencia es que Keiko y quienes estamos con ella sabemos identificar cuáles son aquellas cosas que no pueden repetirse. Entonces, no es que nosotros enarbolemos la bandera del presidente Fujimori. […] yo doblemente me tengo que arrepentir, o doblemente tengo que pedir disculpas, porque cualquier error que se cometió hoy día genera esta situación. Pero lo que no podemos hacer es poner en ese riesgo nuestro país. Esa resistencia es natural, entendemos, pero esperamos que, en lo que queda de la campaña, podamos revertirla y que puedan entender que aquí hay un arrepentimiento sincero.
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—El antifujimorismo es un movimiento muy importante que siempre ha sido una piedra en el zapato en los intentos de Keiko Fujimori por llegar a la presidencia, y pareciera no haberse activado realmente en términos de movilización. ¿A usted le preocupa la activación del antifujimorismo en esta recta final?
El antifujimorismo yo lo he visto desde cuando estaba afuera [de Fuerza Popular]. Tenía ciertos amigos [antifujimoristas] y, cuando yo conversaba con ellos, hablaban de cosas que no enganchan en la realidad. Hablar del gobierno del presidente Fujimori sí es real, pero estaban hablando de una Keiko de 15 años, hasta por el divorcio le complican la vida...
—Pero, más allá de si está o no de acuerdo con el fondo, ¿le preocupa la movilización del antifujimorismo?
Es que yo creo que el antifujimorismo, de alguna manera, ya está con el señor Castillo. Ya ellos tienen una posición que yo respeto, aunque no la comparto, que ha logrado llevar al gobierno a diferentes gobernantes que han permitido que la gente se siga sintiendo excluida, desplazada. Pero bueno, obviamente tienen el derecho de protestar. Yo espero que la gente vea que sería mejor que el antifujimorismo dé propuestas y que también haga un mea culpa y diga: “nos hemos equivocado”. El anti fujimorismo se equivocado porque, con tal de que no gane Keiko Fujimori, ha llevado el gobierno a personas que han generado situaciones de mayor pobreza, de menor crecimiento.
—Usted dijo hace un tiempo que buscarían dialogar con los colectivos antifujimoristas. ¿Cómo va eso?
Cuándo hemos empezado la ronda de conversaciones, varios del sector de izquierda han cerrado rápidamente la puerta. Entonces, no hemos tenido esa oportunidad. Pero si es que se logra ganar, no tengo problema en que, al día siguiente, nos podemos sentar y nos digan cuáles son las situaciones que pueden preocuparles. Porque para gobernar, para volver a poner el Estado al servicio de la población y tener estabilidad política necesitamos conversar, también, con los sectores de izquierda. Claro, no te hablo con los del Movadef, no te hablo de este señor [el virtual congresista Guillermo Bermejo] que dice que se piensan quedar en las buenas o en las malas. Pero hay sectores que hoy apoyan al señor Castillo, incluido el antifujimorismo, que no son de extrema izquierda.
—El equipo técnico ampliado incluye a personas de diferentes movimientos políticos. Sin embargo, seguimos viendo rostros de derecha. ¿Se trató de convocar a personas de izquierda para tratar de captar el voto antifujimorista o no hubo un acercamiento?
Hay muchas personas de izquierda, lo que pasa es que muchos no son conocidos. La izquierda uno la identifica, más allá de con [Vladirmir] Cerrón y [Pedro] Castillo, con el Frente Amplio o con la señora [Verónika] Mendoza, que están con el señor Castillo. El señor Vladimiro Huaroc es una persona de izquierda democrática que siempre ha estado coordinando y apoyando. Yo te digo, hay gente de izquierda, pero ninguno es de los partidos identificados con la izquierda.
—Preocupa la gobernabilidad. El próximo Congreso tendrá 10 bancadas y, en el último quinquenio, los pedidos de vacancia han sido frecuentes. En caso de que Keiko Fujimori fuera vacada, usted asumiría las riendas del país. ¿Se siente listo para esa tarea?
Yo he mirado la situación y no existe un solo motivo por el que se tuviera que dar esa situación. No veo ningún motivo constitucional ni institucional por el cual se daría una situación de la válida preocupación que planteas.
—Claro, pero nadie se esperaba algunas vacancias o renuncias que terminaron sucediendo. Podría pasar, para eso también está el vicepresidente.
Si los ánimos fueran a caldearse, aunque no hay ningún argumento para eso, nosotros no tendríamos mayoría en ese Congreso. Pero sí hay, por lo menos, unas siete bancadas en las que yo he podido ver una mayoría bastante respetuosa. Hemos conversado con algunos parlamentarios electos, porque queremos hacer una agenda. Yo asumo esa palabra de que va a haber estabilidad política.
—Preocupa que esta buena disposición de muchos partidos se traduzca en una falta de contrapeso.
Lo rico de la democracia es que los mismos grupos que entran a este quinquenio tienen su posición política, su visión y sus objetivos políticos. Creo que hay mucha experiencia política en ambos lados para no cometer los mismos errores. Ellos van a ser vigilantes por el país, porque así nos lo han dicho. Veo con sinceridad que ellos van a querer estar siempre alerta, atentos, vigilantes. Además, ellos también van a tener su objetivo político personal, grupal, como cualquier partido político. Yo creo que la democracia nos permite esos equilibrios.
—El diario La República ha publicado que el empresario Juan Rassmuss le dio 7,6 millones de dólares a la campaña de Keiko Fujimori. Parte de la plata fue recibida por su esposo, Mark Vito Villanella. ¿Qué opinión le merece esta noticia?
Lo bueno es que hay libertad de prensa. Yo no conozco los temas de ese momento, de eso está a cargo la defensa. Esa noticia después tendrá que corroborarse, como corresponde en un proceso dentro de un Estado de Derecho. Lo bueno es que se ha hecho un peritaje de los diez años de patrimonio tanto del señor Mark como de Keiko y, en ambos casos, no se ha encontrado ningún desbalance patrimonial. Eso a nosotros nos da la tranquilidad de que en el proceso se va a aclarar. Y me parece bien que salga, pero yo no puedo opinar más allá de que es una noticia, y las noticias de ese tipo tienen que corroborarse siempre. Yo siempre he dicho: que hablen los expedientes, que hablen los testigos. Y cuando termine el proceso, ahí recién uno puede decir: “ah bueno, la noticia no fue tan exacta”, como salió un domingo [una noticia] de Keiko y la DEA que al final nunca existió.
—Claro, pero acá estamos hablando de testigos que están refiriendo esto con nombre y apellido, es distinto que el tema de la DEA. Preocupa el hecho de que, si Keiko gana la elección, no solo la investigación contra ella queda suspendida durante su mandato, sino que también pueda haber alguna interferencia en el proceso que se sigue contra los otros investigados, entre ellos su esposo.
Absolutamente, no. Negado absolutamente. Primero, porque nosotros hemos dado nuestra palabra. El proceso tiene que continuar. Yo no quiero meterme mucho porque eso lo ven los abogados, pero la prohibición de aportes de la campaña se hace a partir del 2018. Entonces, todo lo demás tendrá que sustentarse. Van a poder avanzar tranquilamente y para nosotros mejor, porque se va a demostrar que esas denuncias no tienen sustento más allá de la falta de que no se declaró [el aporte Y lo otro es que la gente, la ciudadanía, la prensa, van a ser muy buenos vigilantes, más allá de que nosotros vamos a cumplir con el compromiso de dejar en absoluta autonomía y libertad que [los fiscales] hagan su trabajo como tiene que ser.
—Ha causado polémica la campaña hecha por futbolistas de la Selección Peruana. ¿Usted puede afirmar, con completa seguridad, que no ha existido ninguna coordinación o conversación entre la campaña de Fuerza Popular y los futbolistas, ni directa ni indirectamente?
Absolutamente. En nuestra campaña ha pasado una situación muy peculiar e interesante: se han generado multicampañas. Es una situación de espontaneidad. Mucha gente dice: “¿cómo ayudo?” Nosotros no queremos saber nada del tema, tenemos nuestra campaña, tenemos nuestros spots que se hacen con los fondos públicos. Sin embargo, lo que hemos visto es campañas paralelas, o multicampañas. Lo mismo ha pasado con muchos jugadores, pero no es una coordinación. Nadie tiene la titularidad de la camiseta ni la titularidad de la persona humana. El jugador puede ser muy jugador, pero, así como un día lo pueden mentar la madre por fallar el penal y otro día lo alaban, él también tiene vida, tiene familia, tiene hijos. Y si quiere marcar su posición, es su posición política. Los actores lo hicieron toda la vida, y los actores también tienen una vida privada y tienen todo el derecho de hacerlo.